Ser mujer, biológicamente hablando, conlleva a tener que transitar diversas situaciones en la vida, como por ejemplo la menstruación, un tema muchas veces tabú en algunas familias o sociedades, pero que cada vez tiene más aceptación por la comunidad en general, ya que es algo que todas pasan, sin elección.

Menstruar implica variaciones hormonales, dolores insostenibles, cólicos, o días que pasan inadvertidos, ya que cada cuerpo reacciona de diferente manera, pero durante “esos días”, cada mujer debe cuidarse al extremo para no mancharse o similar.

La copa menstrual es un dispositivo para la higiene femenina con la ventaja de ser reutilizable. Esto quiere decir que, si se le da el mantenimiento adecuado, puede llegar a durar hasta 10 años. Están hechas de diversos materiales como látex, silicona o plástico quirúrgico, vienen de distintos tamaños y modelos, para cada tipo de cuerpo.

Daniela Saldívar Ozan, tocoginecóloga, brinda algunos detalles importantes a tener en cuenta para poder entender un poco más sobre el uso y los beneficios de la copa menstrual.

Variedades de copas

El talle de la copa por lo general coincide con ciertas características del cuerpo, como la anatomía ginecológica y si la musculatura vaginal esta indemne, por lo que es importante conocer la genitalidad. “La vagina es noble, y su musculatura también, y por lo general se adapta fácilmente a la copa menstrual”, explica la doctora Saldívar Ozan.

Los tamaños que se pueden encontrar en el mercado son:

*Pequeña: También es llamada “mini”. Es recomendable para aquellas mujeres que aun no tuvieron penetración, para las primeras menstruaciones o quienes al querer tocarse el cervix se constata que es bajo (es decir que al introducir la primer falanje del dedo ya tocan el cuello uterino).

*Mediana: Se recomienda su uso para quienes son menores de los 30 años y no tuvieron partos vaginales.

*Grande: Recomendable para mujeres mayores de 30 años, o quienes, sin importar la edad, hayan tenido partos vaginales.

Hay que tener en cuenta que el talle de la copa no se elige en base a la cantidad de flujo vaginal. La cantidad solo va a influenciar en las veces que se deba vaciar la copa por día.

Otro aspecto a tener en cuenta es que, si rondas los 30 años, lo recomendable es elegir una copa de mayor tamaño, al menos que la vagina sea estrecha. En el caso de los partos por cesáreas, la doctora Saldívar recomienda el talle grande, ya que considera que el embarazo en sí modifica la anatomía del cuerpo femenino, pero eso depende de la evaluación personal de cada mujer que vaya a usar la copa.

Con relación al modelo, el más común es en forma de campana, pero hay uno realizado en polietileno en forma de diafragma que se puede utilizar durante las relaciones sexuales siempre y cuando no haya penetración (no funciona como anticonceptivo ni como profiláctico).

¿Cómo usarla?

Colocarse la copa menstrual no es tan complejo. El primer paso es higienizar bien las manos e introducir la copa limpia y plegada en la vagina.

Una vez colocada, los músculos vaginales van a sostenerla y allí recuperará su forma natural, aunque un poco más aplanada, donde se sellará al vacío y así retiene la sangre.

Si es la primera vez que la utilizas, la sugerencia de la doctora Saldívar Ozan es practicar la inserción y extracción en cualquier momento del mes, para habituarse al uso de la misma, pese a no estar menstruando.  

Para retirarla, siempre con las manos higienizadas, hay que tirar del cabo para acercarla y luego presionar con los dedos la base para romper el vacío y así sacarla.

La capacidad de la copa es de aproximadamente 30ml, por lo que puede llegar a permanecer hasta 12 horas sin la necesidad de vaciarse.

Una vez finalizado el ciclo no hay que olvidar esterilizarla, hirviéndola por un periodo de tiempo como mínimo tres minutos y máximo cinco, antes de guardarla.

¿Cuándo no utilizar la copa?

*Post parto/post pérdida de embarazo: Luego de un parto, sea vaginal o por cesárea, la mujer puede llegar a sangrar hasta 40 días aproximadamente, y el sangrado debe salir sin ser absorbido por tampón o quedar en la copa.

Este sangrado, según explica la doctora Saldívar Ozan, no es menstruación, sino que se llama Loquios y es propio del proceso de recuperación de un útero que gestó durante meses y de a poco está volviendo a su función y tamaño.

*Infección vaginal: Si cursas una infección vaginal, la vagina tiende a estar más sensible, puede picar, arder y/o inflamarse, por ese motivo, la recomendación de la profesional es no colocar nada dentro de la vagina hasta que esté recuperada. Cabe recordar que, si el malestar persiste, no hay que dejar de visitar al médico ginecólogo.

*Cirugía vaginal: Sin importar el motivo de la intervención quirúrgica vaginal o ginecológica, se debe consultar al profesional cuándo es recomendable volver a usar la copa.

*Verrugas o ampollas: En el caso de tener verrugas o ampollas vulvares o vaginales, la doctora Saldívar Ozan no recomienda el uso de la copa hasta que la vagina esté sana, ya que son lesiones que pueden autocontagiarse y la manipulación que necesita la copa puede favorecer a que esas lesiones se diseminen por los genitales; sin olvidar el dolor e inflamación que las úlceras, por ejemplo, pueden llegar a causar.

*Flujo patológico: No hay que olvidar que como su nombre lo indica, la copa solo se debe usar para la menstruación. Si hay presencia de flujo amarillo, rosado, amarronado o verde, por ejemplo, la copa no se debe utilizar para colectar ese tipo de fluido.

¿Hay alternativas a la copa menstrual?

Elegir usar la copa menstrual es una decisión personal. La doctora Saldívar Ozan resalta que si bien, desde la profesión recomiendan efusivamente su uso, reconocen que es un dispositivo que puede no ser muy cómodo para todas las mujeres, ya que hay quienes no se adaptan, sufren dolores musculares vaginales, la sangre les da impresión, no toleran tener un objeto alojado dentro de ellas entre otros motivos.

Si aun así quieres una opción ecológica y reutilizable, pero no te convence la idea de la copa menstrual, puedes inclinarte por el uso de otras opciones, como las toallitas de tela y la bombacha de menstruación.

La copa menstrual puede resultar un desafío al principio, pero no hay que olvidar que el material con el que es elaborada no contiene blanqueadores ni productos químicos que puedan ser absorbidos por el cuerpo y ocasionar algún daño en la salud, por lo que no solo ayuda al medio ambiente, sino que también proporciona beneficios al organismo.

Colaboración:  
Doctora Daniela Saldívar Ozan. Tocoginecologa. MP 3812 - ME 113