Desde comienzos de la pandemia en la provincia varios seguidores del gin se animaron a producir su propia marca. Los resultados no tardaron en llegar y ya son varios los autores que se esmeran por lograr el mejor destilado. Uno de ellos -ahora el gran ganador internacional-, surgió tras un viaje a Europa para perfeccionarse, comprar un alambique artesanal en España, y casi cien ensayos para alcanzar la meta. Se trata de Cordillera Gin, un nombre que ya habla por sí solo de su origen, y que para seguir sumando a sus características zonales cuenta entre sus ingredientes con uva Syrah que le aporta sabor y color especial. Datos que no pasan desapercibidos porque además de llevar su ADN también están especificado en su etiqueta: Cordillera Pink Syrah. 

Este triunfo ocurrió en el Concurso World Gin Awards, uno de los más importantes de Inglaterra en el que también su par del estilo London Dry consiguió Medalla de Bronce. Vale la pena agregar datos que aumenten el orgullo sanjuanino, como por ejemplo que participaron más de 400 marcas de todo el mundo, y el jurado estuvo integrado por expertos degustadores del planeta.

¿Quién es el osado y meticuloso autor? Su nombre es Eduardo Fuhr un fanático del gin que hizo todo para comenzar a alcanzar metas. Tanto que en 2019 decidió elaborar esta bebida y hacer "lo mejor". Para eso viajó a Europa a capacitarse, comprar su primer alambique y tomar contacto cercano con destiladores experimentados. Esto no surgió de la nada. Es que desde hace mucho tiempo se reunía con un grupo de amigos para degustar distintas etiquetas que cada uno se encargaba de conseguir.

"Estos resultados son muy satisfactorios porque Inglaterra es la capital del Gin, sobre todo del London Dry. Salir del país y ganar un premio de este nivel es muy importante, sobre todo por representar a San Juan y Argentina. Era un objetivo planteado desde el primer día y gracias a Dios se dio de esta manera. Queremos seguir creciendo para llevar la bandera de la provincia y del país al mundo. Es nuestro objetivo a mediano y largo plazo", dice el autor.

El medallero no comenzó con estos galardones. El año pasado participó en la Copa Argentina con el único fin de recibir una devolución y conocer así como estaba posicionado frente a sus pares del país, pero consiguió mucho más. Una Medalla de bronce para el Pink Syrah, aunque esta vez el jurado internacional le otorgó un puntaje más alto con el que alcanzó la gloria.
En esa oportunidad compitió con 130 destilerías nacionales. 

"Tener una identidad era uno de los primeros propósitos, por eso elegimos bautizarlo Cordillera y del mismo modo optar por la variedad Syrah para hacer el Pink. En tanto el London Dry está inspirado en el Cerro Mercedario por lo que en la etiqueta indica que es un gin de altura", explica Eduardo. 

Así con un nutrido puñado de productores de Gin de Autor, la provincia comienza a convertirse en un polo productivo de esta bebida con exponentes de excelencia y en partidas limitadas que no pasan inadvertidas. 

Bien saben los conocedores de destilados que el secreto es el buen alcohol que se usa para el proceso de elaboración. Más destilado, más calidad. Por supuesto que a eso se suma la utilización de los principales botánicos como el enebro. 

Cordillera Gin se basa en un alcohol bidestilado que luego se destila dos veces más, con una graduación alcohólica de 40 grados. 

Sus bondades organolépticas van muy bien custodiadas en botellas de diseño a la altura de una bebida "premium", en colores blanco para el London Dry y rosado para el Pink Syrah. 

Un logro más para la provincia que no deja de sorprenderse con los emprendedores que buscan la excelencia. 



Sus orígenes

Su nombre de origen -Ginebra-, surgió en la edad media como medicina herbal y terminó con una popularidad tan grande que Inglaterra decide hacer su propia versión, el gin. 

Por aquel entonces ese destilado se usaba como "cura milagrosa para los malestares estomacales", y uno de los primeros registros de producción de ginebra en el mundo data del siglo XIII. Se creía que era una bebida milagrosa hecha con bayas de enebro o jenever, palabra neerlandesa que da origen a su apelativo.

Así fue que su fama para mejorar los malestares digestivos y enfermedades renales, se masificó y las destilerías comenzaran a producir y distribuir este brebaje cual medicina actual. 
Claro que eso no era nuevo para la época, al contrario una gran cantidad de bebidas alcohólicas eran usadas con fin terapéutico, pero no todas lograron cruzar fronteras.

Dada la popularidad alcanzada por la ginebra en Holanda, esta no tardó en ser exportada. El destilado que un día fue medicina para el estómago se había transformado en la bebida por excelencia de los navegantes. Fue en ese momento cuando en Inglaterra en 1689, el recién coronado rey Guillermo III, prohibió la importación de ginebra desde Holanda por la tensión que existía entre esos países. Era el momento ideal para comenzar a producir su propia ginebra que, en realidad, no seguía al pie de la letra la fórmula de Holanda, sino que tenía un poco de la cosecha londinense, al que llamaron gin.

Por Myriam Pérez
Fotos: Gentileza Eduardo Fuhr