Un cuadro, esta semana, a pleno sol.


"Estamos trabajando bien, por fin tenemos un cultivo limpio, sin yuyos desde un principio, y bien alimentado", con estas palabras, uno de los productores "comineros" de la localidad de Huaco, en Jáchal, dialogó esta semana con Suplemento Verde.


Es que armados en un grupo cooperativo, con asesoramiento técnico profesional y ahora también con el apoyo de agroquímicos y fertilizantes, están mejorando rotundamente lo que hacían antes. 


Recordemos que estos pequeños agricultores huaqueños, gestionaron una máquina clasificadora de semillas, realizaron mecánicamente el trabajo que antes hacían manualmente tienen asesoramiento técnico zonal y realizan cultivos para rotaciones.

Insumos para los cultivos.


Esta novedad tecnológica, diseñada por el IPAF-NOA-INTA, les permite utilizar mejores semillas, ya clasificadas y muy homogéneas para la siembra. Además, con el cambio de variedad, ya que ahora sumaron la Sumalao, de Catamarca, que es muy superior a la Criolla que sembraron durante años. Son 12 quienes que integran la "Cooperativa Productores Agropecuarios de Huaco".


Juan Marcelo Sánchez, preside el grupo, y acompañan Milton Andrada, Carlos Dojorti, Carlos Omar Castro, Daniel Castro, Mercedes Sánchez, Benito Castro, Pascual Castro, Jairo Castro, Rodolfo Dojorti y Guillermo Guevara. 

Los productores quieren a los 900 kilos por hectárea.


Por su parte, los profesionales que acompañan en la faz técnica este emprendimiento, la ingeniera agrónoma María Teresa Fernández y el técnico Eric Rojas, del INTA AER Jáchal, dijeron a este medio que "estamos muy agradecidos a la Minera Andina del Sol (Barrick), porque les presentamos las necesidades de fertilizar los cultivos y de aplicar distintos herbicidas para poder tenerlos limpios y así llegar a más kilos por hectárea y también mayor tamaño de semilla. Nos acompañaron aportando herbicidas de hoja fina y ancha, insecticidas, fertilizantes y otros agroquímicos necesarios, más las mochilas de 20 litros que nos vienen muy bien". 


Los productores norteños están en las 10 hectáreas de superficie, y es muy interesante que hayan realizado un cultivo antecesor, para una correcta rotación de suelos. Se recupera un sector, que hace décadas atraía a compradores de todo el país, al igual que con el anís de Campanario, Iglesia, y el orégano de los valles de Barreal y Tamberías, en Calingasta.