En los días de calor pocas son las ganas de salir al jardín, pero después de tantas semanas de 40°, las plantas también sufren. Sin tregua para poder fumigar o fertilizar, por lo tanto, el jardín sufre un agobio extremo. Sumado esto a la sequedad y los vientos calientes, factores que complementan un desastre. Y, aunque continúen esos calores hay que seguir regando sin tregua y animarse a asomar la nariz para observar las plantas. El clima del mes de enero trajo a los habitantes no deseados por nosotros, los insectos: pulgones, cochinillas, arañuela, arrugas, hormigas, entre otros más. Pero lo dañino era fumigar con esas temperaturas tan altas. ¿Qué hacer entonces? La recomendación más acertada cuando el calor no da tregua, es regar y lavar las plantas solo con agua, en lo posible. La tierra acumulada en las hojas y flores trae bichos. Hasta tanto el clima no se modere, no queda otra opción y esperar a que bajen para fumigar. Te mostramos las plagas que abundan en estos momentos para ayudarte a identificarlas y combatir a esos enemigos de tus plantas.

Pulgón


La del pulgón es sin duda una de las plagas de verano más comunes entre las plantas. Los pulgones se sitúan en el reverso de las hojas. Normalmente puedes encontrarlos en árboles de sombra, plantas con flor y plantas ornamentales, entre otras. Se alimentan de la savia de las plantas provocando que la planta pierda su verde y vigorosidad, atrofiando las hojas e impidiendo su crecimiento hasta acabar con la vida de la planta. Es importante detectar cuanto antes si tus plantas están afectadas por una plaga de pulgones porque su desarrollo y expansión es realmente rápido.

Cochinilla


La plaga de cochinilla es otra de las más comunes en esta época del año en las plantas de jardín y huerto. Sin llegar a ser tan agresiva con las plantas como el pulgón, la cochinilla es también muy problemática si no se ataja pronto su plaga. Su hábitat perfecto son climas secos y calurosos, por ello el verano es especialmente idóneo para su proliferación. Se alimenta de la salvia, restando vitalidad a las plantas y evitando incluso que los nuevos brotes crezcan.

Hormigas


Es poco habitual que las hormigas provoquen daños en las plantas, sin embargo su presencia puede alertarnos de otra plaga, ya que ellas facilitan la proliferación del pulgón porque lo protegen y lo transportan, para poder alimentarse de las secreciones que expulsan al alimentarse de la savia de las plantas. Si detectas su presencia cerca de tus cultivos puedes aplicar un polvo de espolvoreo o un spray natural directamente sobre las zonas de paso de las hormigas.

Gusanos y orugas


Es entre la primavera y el verano cuando los sus huevos eclosionan y aparecen los gusanos en las plantas. La plaga de gusanos en plantas es muy habitual y por ello es fundamental, siempre que sea posible, adelantarse a su aparición para evitar tener que combatir esta plaga. El principal alimento de los gusanos son los tallos de las plantas y las hojas de césped. Hay muchos tipos de plagas de gusanos, entre las más comunes están los gusanos del césped -o gusanos blancos- y la oruga o taladro del geranio, entre otros.

Mosca blanca


La plaga de mosca blanca es otra de las más habituales en cultivos de huerto y jardines. Su proliferación en estaciones calurosas como primavera y verano es muy difícil de controlar porque en su ciclo de vida de entre 10-30 días pueden llegar a reproducirse varias veces. Se alimentan de la salvia de las plantas y pueden detectarse síntomas como hojas atrofiadas, arrugadas, secas y amarillentas. La melaza que producen sobre las hojas pueden provocar la aparición de otro tipo de insectos o infecciones en la propia planta.

Araña roja

Para identificar bien a esta minúscula araña o ácaro es fundamental fijarse en parte inferior de las hojas de tus plantas. Si detectas manchas amarillas o una especie de polvo en ellas, es posible que tengas a la araña roja como inquilina en tus plantas. Se alimentan de la salvia y causan una notable pérdida de hojas. La de araña roja es otra de las plagas más comunes. Es conveniente realizar una detección precoz para evitar ataques muy graves que acaben con la vida de tus plantas.

La prevención de plagas permite tener jardines sanos
- La prevención de plagas para la conservación y mantenimiento de jardines sanos es esencial para conservar su esplendor, su natural belleza, y al mismo tiempo para mantener erradicadas posibles enfermedades que pueden transferirse a los humanos. 
- Mantener el jardín siempre libre de restos de hojas, ramas, frutos podridos y todas aquellas plantas o rastrojos que hayan aparecido de manera espontánea y que no desees mantener. Esa basura favorece la aparición de insectos e incluso animales de mayor tamaño.
- Limpia y mantén las herramientas en buenas condiciones higiénicas. En el mantenimiento de las plantas se emplean utensilios que a veces, sin darnos cuenta, son el vehículo perfecto de transmisión para la extensión de plagas y enfermedades.
- Trata de usar productos ecológicos. Utilizar productos de síntesis química a la larga afecta negativamente y el adecuado balance del suelo es primordial para evitar enfermedades y plagas posteriores. Los vegetales prefieren lo orgánico y no les gusta nada el exceso de nitrógeno.
- La praxis de la jardinería requiere profesionalidad para conocer y prevenir todo tipo de plagas.

Preguntas frecuentes

¿Qué hacer con las plagas del jardín?
Las plagas en el jardín tienden a reproducirse a gran velocidad, además de tener voracidad. Aspecto que interviene de manera negativa en la salud de una planta en cero comas. Pero además de combatirlas, es importante saber qué y cómo las podemos evitar. Debemos prestar especial atención al abono de nuestras plantas, qué fertilizantes utilizamos. Recuerda eliminar las malas hierbas, ya que son un foco de transmisión para las plagas.

¿Cuándo hay que fumigar el jardín?
Se recomienda fumigar cuando observes la presencia de insectos que puedan alterar el equilibrio ecológico de tu jardín. Solo utiliza esta medida como último recurso o cuando sospeche que los insectos invadieron. Al identificar las plagas, ten cuidado de no confundirlas con aquellos insectos que son beneficiosos. Las abejas, por ejemplo, se encargan de polinizar las flores; las hormigas airean el suelo con sus surcos; así como otras especies de insectos que contribuyen como depredadores de otros insectos que sí son dañinos.

¿Cuándo se puede fumigar las plantas?
Por lo general, se deben realizar las labores de fumigación en condiciones de buen tiempo y cuando no se esperan precipitaciones. Esto es debido a que la lluvia puede diluir o eliminar los productos insecticidas utilizados durante la fumigación, reduciendo así su efectividad contra las plagas. Los días de viento tampoco se aconseja llevar adelante esta práctica.

 
¿Cuál es la mejor época y hora?
La mejor época para fumigar puede variar dependiendo de las condiciones climáticas de la región. El verano suele ser la mejor época del año, ya que las poblaciones de plagas suelen estar más activas y los insecticidas funcionan mejor durante los meses cálidos. Por otro lado, las mejores horas para fumigar suelen ser por la mañana cuando la temperatura es más fresca o por la tarde cuando no hay viento y el sol desaparece. Nunca debes fumigar tu jardín durante el mediodía, a no ser que la situación lo amerite.

¿Se puede regar antes de fumigar?
Antes de fumigar el jardín, no es aconsejable regar las plantas. El riego previo reduce la eficacia de la fumigación, ya que se estaría añadiendo más agua a la composición del pesticida. Además, al no regar las plantas, el producto tiene la oportunidad de adherirse mejor a las hojas y tallos, proporcionando una protección más efectiva.

¿Con qué fumigar las plantas?
Existen muchos tratamientos efectivos tanto naturales como químicos que se pueden usar para fumigar las plantas del jardín. La elección de un método u otro dependerá del tipo de plaga que afecten a tus plantas y de la magnitud del problema.

Productos para fumigar plantas
Entre los productos más comunes para fumigar las plantas se encuentran:
Insecticidas: Son los productos más conocidos para el control de plagas. Usualmente se clasifica en:
Sistémicos: Son los insecticidas que son absorbidos por las plantas para que cuando la plaga comience a masticarla, ingiera el veneno. Estos son muy útiles contra la presencia de ácaros, insectos masticadores y larvas, por mencionar algunos casos.
De contacto: Se caracterizan por actuar exclusivamente en la zona que se aplica, si el insecto toca el rastro de veneno, lo contraerá. Estos insecticidas son ideales contra mosquitos, hormigas, y otras especies de insectos.
Al adquirir un insecticida, se encontrará generalmente con compuestos insecticidas de baja toxicidad que son muy seguros de usar, tales como el halofenozide, el piriproxifen, el spinosad, la azadiractina y el ácido bórico. El uso de estos compuestos y sus presentaciones dependerá del tipo de plaga a controlar.
Fungicidas: Son sustancias que previenen, matan o inhiben el crecimiento de los hongos en las plantas. Estos productos son sumamente útiles para tratar enfermedades de las plantas como el hongo de la negrilla, que es originada por la aparición de pulgones o cochinillas.