El flamante intendente de la Cuarta Región chilena, Sergio Gahona Salazar, celebró el impacto económico que tendrá el proyecto binacional Pascua-Lama en su distrito y advirtió que buscarán activar las inversiones mineras retardadas en la zona.

El funcionario designado por el presidente Sebastián Piñera llegó a San Juan y tomó contacto con el gobierno de la provincia en el marco de los festejos por el bicentenario de la Revolución de Mayo.

“El sector minero en Chile hoy día está creciendo a ritmos importantes”, definió Gahona. “Pascua-Lama es uno de los proyectos importantes. Si bien se ubica en la Tercera Región tiene un vínculo muy estrecho con la Cuarta. De hecho, la carretera para poder tener la comunicación con las ciudades va a ser desde las zonas de nuestra región hasta el proyecto mismo”, manifestó el funcionario, sin ocultar las expectativas.

Durante los tres años que tardará la construcción de la mina binacional, con una inversión estimada en los 3.000 millones de dólares, la posibilidad de vender insumos y servicios por parte de las empresas locales genera entusiasmo tanto chileno como sanjuanino. Y, cabe decirlo, también genera algunos recelos a la hora de medir la equidad con que Barrick –la compañía propietaria del proyecto- vuelca recursos de uno y otro lado de la divisoria de aguas.

“En el Ministerio de Minería y en nuestra región especialmente estamos en un proceso de aceleramiento de los proyectos mineros, de poder destrabar aquellas cosas que hoy día están estancadas y poder facilitar la inversión minera no solo en el Norte de Chile sino también en nuestra región”, agregó Gahona. De este modo, ratificó la vocación productiva del vecino trasandino, cuya actividad económica de mayor relieve es justamente la producción de cobre.

Sin embargo, de inmediato el intendente coquimbano aclaró que toda inversión minera sólo será viable dentro del marco legal ambiental. “Estos proyectos sin duda impactan. Nuestra región tiene una diversidad productiva importante: tiene agricultura, pesca, acuicultura, turismo, servicios, construcción y minería. Tenemos que hacer convivir armónicamente todos estos sectores y en eso estamos”, concluyó.

El presidente Piñera debió tolerar una recepción convulsionada por una movilización de unas 600 personas el pasado 21 de mayo. “Yo evalúo los disturbios como normales y menores. La verdad es que todos los años siempre hay disturbios y es natural que la gente pueda expresarse pero eso en nada empaña el brillante discurso que tuvo el presidente”.