Más allá de la relación directa que tiene por estos días la cotización del oro con la del dólar (a razón inversamente proporcional) hay otro factor estratégico que empujará en el mediano plazo el precio del metal precioso en las tablas bursátiles del mundo. Según la estadística del Metals Economics Group (MEG), aunque se destine cada vez más dinero a la exploración en búsqueda de oro, no hay descubrimientos de reservas importantes. Sin embargo, el nivel de producción se mantiene, porque hay una demanda que así lo justifica.
Vale una metáfora al respecto: el balde tiene una pérdida y sale más de lo que entra. De modo tal que su contenido es cada vez más escaso. Por lo tanto, será cada vez más valioso.
El dato estadístico de MEG fue proporcionado a CUYO MINERO por la Cámara Minera de San Juan. Su presidente, Ricardo Martínez, explicó que este factor de escasez es mirado de cerca por todo el arco inversor a nivel internacional.
La curva comienza en 1997 y llega hasta 2008. En el año de partida, la inversión en exploración giraba en torno a los 2.100 millones de dólares; la producción de oro, en el orden de las 80 millones de onzas; y los descubrimientos de nuevos recursos, las 90 millones de onzas.
Para 2008, esos valores se desplazaron significativamente: la inversión en exploración, luego de una caída hacia los años 2001-2002, trepó hasta superar los 3.100 millones de dólares; la producción de oro se mantuvo en el orden de las 75 millones de onzas; pero los descubrimientos de nuevos recursos apenas arañaron las 10 millones de onzas.
La curva de nuevas reservas descubiertas describe una pendiente pronunciada en especial en los últimos cuatro años.
Pequeña caída
El viernes pasado, en la Bolsa de Nueva York el precio de la onza de oro cayó un 5 por ciento debido a la escalada del dólar, según publicó la agencia Reuters. De esta manera, el metal precioso registró su mayor pérdida diaria contada en puntos porcentuales desde el 1 de diciembre de 2008. No obstante, mantiene un alza del 33 por ciento en lo que va de 2009.
El oro al contado cotizó a 1.147,25 dólares la onza el viernes pasado, en tanto que la jornada anterior había llegado a los 1.207,10 dólares.
En esta coyuntura, el precio del oro empezó a retraerse tras el anuncio del Departamento de Trabajo de Estados Unidos: los empleadores habían recortado en noviembre sólo 11.000 puestos, mucho menos que lo pronosticado en la víspera. Fue la caída de empleo más leve desde que comenzó la recesión en el gigante norteamericano en diciembre de 2007.
Este dato, según el cable de Reuters, alentó las expectativas de una pronta recuperación de la economía yanqui. Lo que vino fue una revaluación del dólar frente al euro y al yen.