Antes de la puesta en marcha de la construcción de la torre era necesario un largo proceso de análisis. Una zona de 5.000 km2 fue recorrida y estudiada durante días por el equipo de Oil M&S como previa de la instalación de todo lo necesario. Y ya estaba bajada la bandera a cuadros: comenzaría el proceso más llamativo en la exploración de petróleo en Pampa Vieja, Jáchal.

La primera gran alegría llegó cuando se encontraron las primeras “rocas generadoras” en el valle de Jáchal. Estas rocas son los indicios de posibles yacimientos de petróleo.

Pero ahí no terminaba la odisea. Faltaba encontrar algún elemento en la naturaleza que hubiera servido para almacenar o retener el petróleo y una roca denominada “sello” que es impermeable y permite entramparlo. “Por suerte encontramos todas estas formaciones en el valle de Jáchal” afirmó Rolando Chicala, Gerente de Oil M&S San Juan.

Con los primeros pasos hechos comenzó una búsqueda más específica para saber si había petróleo y en qué cantidades. En este momento aparecieron unos ayudantes fuera de lo común. Si bien todo el proceso estaba colmado de alta tecnología, la manera más eficaz de encontrar los yacimientos era hallar unos microorganismos que se alimentan de gas butano, que frecuentan las zonas petroleras. La existencia de esos bichitos era lo que daba el afirmativo para desplegar todo el campamento.

Pasadas todas estas pruebas llegó el turno de mover la tierra. Las pruebas sísmicas comenzaron en cuatro zonas particulares del valle de Jáchal. Los encargados de hacerlas eran cinco camiones de 4 metros de alto por 18 de largo que fueron ubicados en las calles de las plantaciones jachalleras.

Estas moles móviles fueron el centro de atención durante las pruebas sísmicas. Los vecinos a cada momento se acercaban a preguntar qué era y qué hacían o simplemente a ver de qué se trataba. “En San Juan llamaron mucho la atención porque no somos una provincia petrolera. Por eso no se ven estos camiones de gran porte ni la gente sabía antes qué es lo que hacen”, contó Chicala a CUYO MINERO.

Antes de que empiece el ballet de los camiones vibro, la empresa Oil M&S se encargó de informar a los jachalleros qué iba a ocurrir. Presentaron un video donde se podía observar el tipo de tareas que realizarían con las movilidades.

“En un principio siempre se tiene miedo a lo que no se conoce, es normal. Pero nosotros informamos a las personas cómo se iba a trabajar para que se queden tranquilas. Ellos siempre fueron muy positivos”, comentó Chicala.

Al terminar con las vibraciones se pudo delimitar la zona más acertada para emplazar la torre. Esta sirve para una exploración más fina y también para extraer el crudo, en el caso de que se encuentre. Ese momento fue el de máxima convocatoria de todo el proceso.

Hubo que acudir a Mendoza para traer los elementos para armar la torre de perforación. En total fue un traslado de 72 camiones con distintas partes tanto de las torres en sí como de los caños para perforar el suelo.

Cuando el último convoy llegó a suelo jachallero, comenzó la construcción de la torre.

Al momento de colocarla en su posición los vecinos fueron invitados a través de los medios de Jáchal para ver el acontecimiento. Cerca de trescientas personas se acercaron para ver cómo se izaba la torre. Hasta el intendente Jorge Barifusa se hizo presente. Y fue él quien dio la orden de poner en vertical al monstruo que busca petróleo.