La consigna del concurso Minería a Mente Abierta, organizado por la UNSJ, era dar a conocer qué piensan los jóvenes sanjuaninos sobre la actividad minera. Las obras ganadoras mostraron opiniones encontradas, que fueron expresadas con fuerza en todos los casos. Por un lado, algunas obras apuntaron al diálogo y la reflexión. Por el otro, las producciones que se manifestaron en contra de la actividad la definieron como destructiva para el medio ambiente. Y por último, una de ellas caracterizó a la minería como sinónimo de progreso. Y si bien existieron distintos puntos de vista, los docentes de la UNSJ y profesionales y artistas que hicieron de jurado decidieron premiar más trabajos en oposición a la actividad minera que aquellos que se manifestaron a favor. De todos modos, previamente se había especificado que no se premiaría la ideología expuesta, sino estrictamente el perfil técnico de cada obra, mediante rasgos como originalidad, claridad y sencillez en las expresiones.
En este marco, algunos de los participantes apuntaron a crear diálogo y espacios de reflexión. Un ejemplo fue la producción fotográfica de María José Masman, que ganó el segundo premio de fotografía en la categoría “Estudiantes de Secundaria”. El collage fotográfico fue titulado “Minería a Mente Abierta I” y mostró mediante un juego de imágenes y leyendas que, para que exista una “minería a mente abierta”, debe haber mentes abiertas en relación a la cultura, familia, trabajo, salud y justicia.
Sólo una obra de todas las que mostraron la minería como una actividad positiva y deseable para San Juan fue seleccionada como ganadora por el jurado. Fue el caso del ganador del primer premio de Diseño Gráfico de la categoría “Estudiantes de Universidad”, titulado “El progreso”. Su autor fue Paulino Manrique, quien diseñó un Caterpillar que carga una pila de palabras “progreso” que simulan una montaña de oro. El trabajo lo encabeza una pregunta: “¿Qué vale más que el oro? El progreso”.
Mediante una leyenda dentro de la obra, Manrique muestra todos los usos dentro de la vida cotidiana que se les da a los minerales.
En la vereda opuesta, algunas de las obras definieron a la actividad minera desarrollada en San Juan como “explotadora y contaminante”. Este fue el caso del segundo premio en Diseño Gráfico de la categoría B, titulado “Un mal romance”, de Felipe Echeverría. La imagen muestra a un ejecutivo minero fusionado con Drácula que, en vez de brazos, tiene palas excavadoras.
La producción ganadora del segundo premio de Pintura de la categoría “Estudiantes de Secundaria” fue “TA-TE ¿A quién le toca?”. El autor, Franco Carson, pintó una batalla de TA-TE-TI sin un final cerrado entre lingotes y personas.
En el área de escultura, también estuvo presente como tema la “muerte causada por las mineras”. La figura construida por Aracelli Cardozo titulada “En memoria a muertos e ilesos” ganó el primer premio de Escultura de la categoría “Estudiantes de Secundaria”. En ella se puede observar una analogía entre una mina a cielo abierto y una tumba donde yacen restos de personas.
Los jurados fueron Susana Matellán y Manuel Sainz (en video), Hugo Vinzio y Natalia Saffe (en pintura y escultura), Sergio Manganelli (música) y Graciela de la Torre (literatura), además de Rosita Núñez, Gabriela Riveros y Elisa Núñez. Un dato curioso es que varios de los puestos de distintas categorías como Diseño gráfico y Literatura en estudiantes de secundaria y Video en ambos grupos estudiantiles quedaron desiertos.
Los jueces del concurso argumentaron que “las obras de esas categorías no cumplían con los requisitos necesarios para ser premiadas”.

