El mate es su compañero fiel y testigo de sus palabras. Es que el padre Andrés Riveros, presbítero de la iglesia San Juan Bautista, la Catedral de San Juan, tiene -probablemente entre otras virtudes- el don de la palabra justa, la palabra amorosa y contenedora que cada oído necesita escuchar. Por eso que mejor que él, que se encamina a los 15 años de sacerdocio, luego de su formación en el Seminario local y tras su paso, como él mismo define por "muchas realidades de la Diócesis” por haber llevado su fe a "parroquias rurales” como la de Angaco y ahora estar al frente a la "parroquia más urbana de la provincia”, para compartir un mensaje de todo corazón para esta Nochebuena y esta Navidad, teniendo en cuenta que son momentos llenos de fe y esperanza pero en un contexto de una gran crisis económica que afecta a todo el país y que marca el día a día de quienes buscan subsistir o de quienes ya empezaron a pensar en otros horizontes pero a su vez de grandes pérdidas de vidas sanjuaninas, de una guerra mundial y hasta de la gloria del Mundial de Fútbol, recientemente alcanzado.
Palabras más, palabras menos, a lo largo de la entrevista dejará como deseo "que la Navidad se pueda vivir como amor concreto a Dios y a la par amor concreto también para con los demás, porque si no solamente queda en palabras bonitas y dulzonas, pero que no cambian la vida”.
-¿Qué es la Navidad para la religión católica y para la historia de la humanidad?
El acontecimiento de Cristo marca un antes y un después y lo vemos reflejado en las líneas del tiempo. Es un antes y un después de Cristo porque él trajo el cielo a la tierra y nos trajo las leyes del cielo que es la ley del amor recíproco, por eso quien acoge a la persona de Jesús y quien decide vivir según su Evangelio es persona nueva, distinta. Es una historia de santidad que vine detrás del acontecimiento de Cristo. Eso en cuanto a la historia de la humanidad. Mientras que la Navidad para los católicos es Jesús, sencillamente Jesús. La segunda persona de la Santísima Trinidad que en el seno de María tomó nuestra condición humana y vino a redimirnos, a salvarnos. Entonces Navidad es Dios con nosotros, es el intento de salvación que Dios tiene para con los hombres. Para el resto de la humanidad, entiendo que es una fiesta con un cierto colorido en valores, aceptables, como sentarse juntos a una mesa, compartirse un regalo, desearse buenos augurios.
-Entiendo que Navidad es el nacimiento de una familia que acoge a un líder, a un salvador, a un profeta, a un hombre según las creencias de cada uno. Entonces ¿cuál es el rol y el simbolismo de la familia en estos días?
-¿Qué se le dice a una familia que en este 2022 -de hecho ha sido uno de los sucesos que más ha marcado este año lamentablemente- o en su defecto, en cualquier momento de su historia, perdió a un hijo, o a uno de sus miembros por un suicidio o por una muerte inexplicable como la explosión de gas en un departamento hace unos días o en uno de los tantísimos accidentes automovilísticos con altos niveles de alcohol? ¿Cómo encontrar ante estos hecho uno de los símbolos más gráficos de la Navidad, como es la esperanza?
-Si bien la Navidad es un tiempo de fe y espiritualidad, popularmente es un momento de alegría que se traduce muchas veces en consumismo. ¡Cómo contextualizamos y damos sentido a estas fechas en una realidad de crisis económica argentina con altísimos niveles de la población indigente o pobre?
La Navidad nos lleva al encuentro con Jesús en el otro: Ese otro pobre, ese otro marginado, ese otro invisibilizado, ese otro que no es amado ni respetado en sus derechos. Ahí está Jesús naciendo, ahí está Jesús esperando ser reconocido y ser amado por eso la Navidad siempre nos saca de nosotros mismos y nos lleva al encuentro de Jesús en los demás, en especial en los más necesitados. Si esto es así los regalos que suelen aparecer en estas fiestas tienen que expresar este sentido, ¿no? En este regalo que puedo darte es a Jesús al que quiero homenajear en vos. Si no, termina siendo una fiesta filantrópica de "techos abajos”. Pero si yo en ese regalo puedo hacer mi homenaje a Jesús en el otro tendrá razón de ser, pero para eso debemos abrir el horizonte y saber que el otro no solamente es el que vive en mi casa o con el que comparto la mesa navideña sino que el otro es ese hermano, con tanto dolor, con tanto problema y que está a la vuelta de mi casa.
-Llega fin de año y son tiempos de balances pero también de proyectarse, de buscar horizontes. Justamente ¿qué se le dice a la familia que por estos días, alguno de sus miembros, los más jóvenes, eligen probar suerte en otros destinos, en otras partes del mundo, intentando forjarse un provenir mejor o mejores condiciones de vida?
Nos duele saber que nueve de cada diez jóvenes piensan o sueñan con irse de este país en busca de mejores posibilidades. Creo que por un lado a la familia hay que ayudarle a que puedan ver todo lo bueno que todavía hay en la Argentina, es la tierra bendita, sigue habiendo un por qué quedarse aquí y por qué ponerle el hombro. Y creo que la familia tienen que mostrarle todo esto a quien quiere irse porque a veces la publicidad no ayuda, solamente se ve el vaso medio vacío. En definitiva mostrarle la verdadera "belleza” de la Argentina. Pero bueno también como familia decirle que la posibilidad de migración ha sucedido siempre, a lo largo de toda la historia y que no dejen de acompañar la decisión de los jóvenes con todo lo duro y doloroso que significa eso. No dejen de acompañarlos en su libertad, en su discernimiento. También a Jesús le tocó vivir un tiempo en tierra extranjera, exiliado, en búsqueda de que no lo maten. Y pudo superar esa amenaza, fue un tiempo y regresó. Que nos sirva de ejemplo y esperemos también que los jóvenes que tengan que partir puedan siempre regresar.

-Así como la situación económica nos atraviesa a todos los argentinos justamente en Navidad y en estas fiestas de fin de año, hay dos hechos que también son parte o que coinciden con estos momentos: uno, es que el espíritu navideño se ha visto atravesado por el Mundial y la otra situación diametralmente opuesta es ¿si somos conscientes los seres humanos que vamos a vivir unas fiestas en un contexto de guerra en Europa? Y ¿qué mensaje se puede rescatar, más allá de las distancias kilométricas que nos separan de Rusia y Ucrania?
La situación de Ucrania y de Rusia es realmente desesperante y siento que por la superficialidad con que tratamos la vida en estos tiempos, ha ido quedando la guerra como postergada en una noticia vieja, perdiendo el dolor que hoy están sintiendo tantísimas familias que siguen estando allí, en guerra, destruidas, en una situación muy difícil. Por eso creo que Rusia y Ucrania tienen que ser signo de lo que no debe ser nunca más. Y eso lo podemos aterrizar desde como son nuestros diálogos en la familia o como son nuestros comportamientos en el ámbito laboral. A veces nos quejamos de Rusia y de Ucrania -hace un chasquido- con toda esa masacre humana que está ocurriendo pero en nuestros contextos, en lo que de mí depende, parecemos el perro y el gato, haciendo que nuestros vínculos cada día se dañen más, que sean vínculos más frágiles. Por eso creo que la Navidad también es un ícono, un signo de la reconciliación, del perdón, del poder seguir caminando juntos más allá de las diferencias.
Indudablemente está Navidad también la vivimos en medio de la euforia de un Mundial de Fútbol que nos ha dejado muchas enseñanzas, más allá de cierto folclore xenófogo que está llamado desaparecer y que nos muestra cómo podemos estar en una misma tribuna personas de diferentes realidades geográficas y compartir y convivir la alegría de lo que es un deporte que muchos queremos. Rescato, además de lo que se ha dicho de nuestro equipo, la realidad del mundo unido, de alguna manera se deja entrever en un mundial, el sueño de que todos los países podemos compartir como hermanos, aunque la copa vaya pasando de uno en otros, según el esfuerzo y según a veces el poco de suerte que puedan haber tenido, creo que despierta una esperanza de decir "pertenezco a esta gran familia global y más allá de los kilómetros que nos separan somos hermanos detrás de una pasión”. La Navidad, en este caso, se ve en el signo de la fraternidad universal. Jesús es el hermano mayor que vino a llamarnos a todos "hermanos, hijos del mismo padre” y el Mundial, de alguna manera y otras ocasiones globales, nos dejan ver esta esta realidad del mundo unido, de la fraternidad universal, de un mismo padre como Dios de todos nosotros.
Por último quería preguntarte ¿que es la Navidad para Andrés Riveros, hombre, más allá de tu investidura o de tu rol?
Para mí la Navidad tiene que ver con un Dios que decidió hacerse uno conmigo, venir a mi historia, aceptar mi debilidad, tocar mis heridas. Un Dios que viene a conocer de mis luchas, de mis esfuerzos, también de mis fracasos y mis frustraciones. Dios que se hace uno conmigo para que yo me pueda hacer uno con él y poder aprender a amar como él ama a todos para poder dar ese primer paso en el amor como él, que lo da para poder amar aún a los que más cuesta, para poder también ponerme en los zapatos de los demás. Entonces Navidad es Dios que se hace uno conmigo para que yo me pueda hacer uno con él y vivir desde su amor la realidad de mi vida. Eso es la Navidad para mí.
Deseo que la Navidad se pueda vivir como amor concreto a Dios, es decir voy a abrir en mi agenda un espacio para la oración personal, para participar de la misa, para escuchar la palabra concretamente. Y a la par amor concreto también para con los demás: voy a revisar mi ropero a ver si no puedo de allí dar algo al que al que no tiene, voy a revisar mi alacena a ver si todo lo que está ahí lo necesito y si puedo compartir con alguien, voy a revisar mi tiempo personal para ver si no puedo ir a encontrarme con un enfermo, con alguien solo. La vida tiene que ser amor concreto hacia Dios y hacia los demás, si no solamente queda en palabras bonitas y dulzonas, pero que no cambian la vida.

Nazaret en San Juan. El padre Andrés Riveros encargó un pesebre a artesanos locales para la exposición que se hace en la Cripta de la Catedral, donde se exhibirán hasta los primeros días de enero del 2023, distintos nacimientos -con materiales diversos y de diferentes orígenes geográficos- donados anónimamente a la Iglesia. A semejante muetra le faltaba uno bien sanjuanino y por eso quiso que estuviera a cargo de manos de comprovincianos. Los artesanos Patricia Villalobos de Pájaros La Posta, Rosana Alvarez de Estrellade Belén, el carpintero Pedro Costa de Los Berros, Susi Yanzón y la tejedora Susana Olguin de Chucuma no solo le dieron vida a Jesús, José, María, los Reyes Magos, animales sino que incorporaron íconos locales como ofrendas de uva, un viñedo, gallinas, vacas y ovejas, usaron arpillera y hojas de parra.¸·
Por Paulina Rotman
Fotos: Maxi Huyema

