Murió el 11 de septiembre de 1888, por ello para nosotros los sanjuaninos es una fecha muy, pero muy especial. Asociar ese día como el "Día del Maestro" es un pequeño reconocimiento a semejante prócer, dueño de una personalidad avasallante.


Un verdadero loco, algo vehemente, y con muchos enemigos en todas las índoles en las que se desempeñó; pero, a medida que se conoce su obra, y se compara, hasta quienes lo criticaban no dejan de entender y aceptar que era un genio. 


Maestro desde muy joven, siendo adolescente en los campos de San Luis, luego fue minero, prolífico político (pasando por todos los cargos hasta el de presidente de la Nación), escritor de obras como "Facundo", "Recuerdos de provincia", "Vida de Dominguito" y "Las escuelas, base de la prosperidad", dejó una gran apuesta a futuro en tierras de la capital sanjuanina, donde fundó la Escuela de Fruticultura y Enología.


En todas sus acciones, pensó en las bases fundamentales para el desarrollo estratégico de la República Argentina. 


Además, en su vasta lista de acciones, figuran la creación del Colegio Militar de la Nación, como también la Escuela Naval Militar, el Observatorio Astronómico, la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, y la Academia de Ciencias de Córdoba, entre otros establecimientos modelos.


Apoyó la agricultura, la ganadería y la forestación, prueba de ello es que trajo numerosas especies del extranjero. Visionario, realizó el primer censo nacional ante la falta de estadísticas y de ahí surgió su plan de educación, elogiado a nivel internacional. Incluso importó docentes de Estados Unidos, para elevar el nivel académico. Y también fue periodista.


Un hombre increíble. Con mayúscula.