Resulta evidente la importancia que en los últimos años adquirió la Responsabilidad Social Empresaria (RSE) en las políticas de gestión de las empresas modernas. Sin embargo, no todas tienen en claro las prioridades a abordar al momento de desarrollar sus acciones y la industria minera no es ajena a esta realidad. Con este objetivo, un proyecto de extensión del Instituto de Desarrollo Sostenible (IDS) de la Universidad Católica de Cuyo (UCCuyo), se centra en el desarrollo de planes de responsabilidad social para empresas. Desde un enfoque multidisciplinar y a través de la aplicación de metodologías de investigación, el proyecto busca determinar y organizar estas acciones en empresas locales.
El proyecto comenzó en 2006 a partir de un relevamiento sobre la conciencia y claridad que los empresarios sanjuaninos tenían del concepto de responsabilidad social. El análisis de los datos arrojó que de un universo de 100 empresas relevadas, sólo el 40 por ciento tenía alguna idea sobre el tema. Es así que vieron la necesidad de jerarquizar prioridades a través de un plan y según los grupos de interés (stake holders) de las empresas, es decir, en virtud del segmento al que irán orientadas las acciones de responsabilidad social.
“Con la minería ocurre algo particular porque existe una preocupación por parte de las empresas mineras y vinculadas, respecto de consolidar la licencia social en el área donde están asentadas. La comunidad se convierte entonces en el grupo de interés primario para las mineras”, explicó Leonardo Videla, investigador del IDS y también docente en la UCCuyo. Videla, agregó que cada vez es más común “la necesidad de aprovechar las inquietudes que surgen en las cadenas de valor de los proveedores a la vez de implementar acciones de RSE en conjunto con las empresas mineras”.
El inicio del proyecto tuvo sus primeras experiencias en Intrepid Mines, operadora del Proyecto Casposo antes de Troy Resources, y una empresa vinculada a la agroindustria. En la actualidad desarrollan el plan para Alta Tecnología Alimentaria (ATA), proveedora de servicios mineros vinculada a la Hotelería y Alimentación Institucional que hoy brinda prestaciones en la mina Gualcamayo, Jáchal.
La compañía implicó un desafío para los investigadores: desde 2003 a la fecha, llevan adelante una intensa campaña de RSE mediante cursos de capacitación en gastronomía a través de su escuela itinerante. Además, la empresa también efectúa una loable tarea social con la comunidad diaguita de Guandacol (ver aparte).
Luego del análisis y como primera medida, sugirieron la adhesión al Pacto Mundial de las Naciones Unidas, cuyo objetivo es el compromiso de la empresa con la responsabilidad social a través de diez principios vinculados a derechos humanos, derechos laborales, cuidado del medio ambiente y anticorrupción, entre otros. La empresa tiene un año (comenzaron en 2010) para implementar estos principios en su gestión empresarial y una vez culminado, tendrán que elaborar un informe que deberá ser compartido con sus grupos de interés, a la vez de publicar los resultados en la web de la ONU.
“Sabemos que la educación es un valor importante para esta empresa y seguramente planificaremos en este sentido, pero adherir al Pacto Mundial consolidará la gestión de la empresa frente a retos sociales y le irá marcando pautas”, detalló al respecto Videla. Según Carlos Sola, titular de ATA, los efectos ya se notan. “Exigió una mejor performance de nuestras acciones y vemos que vamos en buen camino; la educación es para nosotros el medio para que la gente incorpore nuevas habilidades y acceda a un trabajo digno”, dijo Sola.
Según Carlos Sola, sólo en Jáchal y en localidades aledañas a este departamento como Niquivil, Villa Unión y Guandacol, cerca de 2000 personas asistieron a estos cursos y recibieron más de 10.000 horas de capacitación.

