Juan Diápolo en la obra en construcción cuyo avance llega al 50 por ciento de la totalidad.


A 35 kilómetros de la villa cabecera de Calingasta cualquier viajero se puede encontrar con algo muy parecido al paraíso, o al menos lo que uno entiende por este concepto: un lugar bello, repleto de bondades naturales,

apacible y con gente hospitalaria. Son apenas 60 familias las que viven en Villa Nueva, la mayoría de ellos católicos, pero paradójicamente nunca tuvieron una capilla para honrar su credo. Recién ahora el sueño se está por cumplir, ya que la parroquia avanza a grandes pasos con el firme propósito de realizar la primera fiesta de la Virgen de Andacollo -cuya imagen fue traída a caballo desde Chile-, el próximo 26 de diciembre.


Allí, en medio de un bosquecito, se sigue construyendo con el esfuerzo de sus pobladores una capilla en piedra y álamo que promete ser un elemento más de este paraíso.


Una conjunción entre lo espiritual, lo terrenal, la historia de vida de este puñado de calingastinos, la necesidad concreta de tener parroquia y también un lugar de encuentro.

Es que este espacio religioso de 200 metros cuadrados cubiertos, tendrá doble propósito, considerando que con apenas cerrar dos puertas -y sin invadir la parte religiosa-, se convertirá en un salón de encuentro para los vecinos.


La intención de los pobladores estaba, hacía falta que llegará a Villa Nueva alguien que "hiciera lío" y animara a todas las partes a llevar adelante este anhelo. El es Juan José Diápolo, maestro mayor de obras, escultor, vitivinicultor, y sobre todo un inquieto que no deja de hacer cosas.


Juan fue convocado por el intendente de Calingasta, Jorge Castañeda, para realizar el Cristo de la Misericordia -otra obra que formará parte de un circuito de turismo religioso- en ese departamento, y así llegó hasta los vecinos de Villa Nueva quienes le manifestaron la necesidad de contar con una parroquia. Si bien había un proyecto, "mezquino y poco ambicioso", para gusto de Diápolo, puso manos a la obra e hizo otro diseño en menos de tres horas. A la par se convirtió en el articulador de las partes intervinientes para convertir ese anhelo en una realidad.


"Hace rato que esta gente quería tener una parroquia y habían promesas que no se cumplían, pero esto demuestra que si se lo proponen se puede trabajar mancomunadamente para realizar obras entre el gobierno, las empresas privadas y la comunidad. En este caso la familia Huertas, propietaria del único aserradero que hay en la zona decidió poner los materiales, el municipio parte de la mano de obra y los áridos y los pobladores trabajan a la par para lograrlo. El apoyo de todas las partes es muy importante", cuenta Juan.


Hace exactamente un año comenzó la obra que ya lleva el 50 por ciento de su totalidad con la supervisión de Diápolo que no pierde detalle para que todo salga tal cual fue diseñado.


"La idea de la parroquia también apunta a que sea visitada por los turistas, que la gente llegué a conocer el norte calingastino que tiene unos bosques maravillosos, y que también pueda ayudar a la gente del lugar", agrega.


> Piedra y palo

El diseño está basado en tres cuadrados que se ensamblan entre sí, con reminiscencias de las construcciones aborígenes con los contrafuertes inclinados para que su arquitectura tenga un correlato con el lugar. El uso de la piedra es fundamental porque durante mucho tiempo funcionó allí la Mina El Castaño, fuente de trabajo de los pobladores y emblema del lugar. Se sumó la madera de álamo en virtud de ser otro de los recursos naturales más importantes de Villa Nueva.


"El techo será construido con grandes troncos de álamo como si el bosque atravesara la iglesia ya que el lugareño se siente muy identificado con este árbol y la idea es que se sienta como en su casa", relata Juan quien justifica cada centímetro de su obra.


Tiene la particularidad de que además será un salón de usos múltiples para que la gente pueda utilizarlo como lugar de reunión. El altar y la sacristía cuentan con su propio espacio, pero dos puertas permitirán cerrar este sector y convertirlo en salón con cocina y baños propios. "De este modo no profanamos nada de lo religioso porque queda oculto y cuidado tras las puertas, así los vecinos podrán hacer uso del lugar. Será la primera parroquia de doble propósito de la provincia. Además contará con dos chimeneas naturales para paliar el frío invierno ya que allí no faltan las astillas de álamo que sobran del aserradero", relata Juan.

La maqueta de la capilla que será inaugurada en diciembre próximo.



> A pulmón

La familia Huertas -propietaria del aserradero y bosques de álamos-, no sólo donó el terreno para esta parroquia sino también para el dispensario, para la agrupación gaucha, entre otros, ya que es la única empresa que da trabajo directo a 15 familias del lugar, el resto trabaja en diferimientos agrícolas cercanos. A esto sumó materiales de construcción y maderas que son trabajadas por los pobladores para fabricar el mobiliario de la parroquia.


La imagen que será entronizada será la Virgen de Andacollo que fue traída a caballo hace 115 años desde Chile por la familia de Don Pancho Vedia, actual patriarca del lugar con 91 años.


Juan viaja todo los fines de semana a Calingasta para seguir de cerca esta obra y las otras que tiene en ejecución y formarán parte de un circuito turístico religioso que en unos meses estará listo.


"Hemos hablado con el cura párroco de la zona, Daniel Beorchia, y nos apoya muchísimo, así es que están todas las partes trabajando, y la gente está muy feliz por todo lo que sucede", agrega Juan.


La capilla podrá albergar entre 80 y 90 personas sentadas y hasta 150 cuando se utilice las zonas de los pasillos laterales.


Una obra que quedará impregnada del espíritu de colaboración de todos los actores de aquella pequeña sociedad que durante tanto tiempo quiso tener un lugar de encuentro para la oración y el agradecimiento a Dios.

La capilla tan deseada por los pobladores de Villa Nueva, no sólo será un sitio de oración y de reunión de vecinos sino también un atractivo turístico para que este grupo de calingastinos puedan tener ingresos extras ofreciendo sus tradiciones.

>>  El autor

Juan José Diápolo es conocido por sus obras religiosas que ya superan varias decenas, entre ellas otras capillas ya terminadas y la que está en obra en Villa Nueva.


Algunas de ellas son: Capilla de la Virgen de la Carrodilla en Tierritas, Albardón, que tiene la particularidad de estar totalmente relacionada con la cultura vitivinícola de la provincia. Es pequeña y muy pintoresca.


Otra es la de las hermanas salesianas en calle 11, Pocito; la de la Virgen del Carmen en Calingasta, además de la remodelación de la Inmaculada Concepción, entre otras.