El profesor de ingeniería electrónica y computacional de la Universidad de Utah, Estados Unidos (EEUU), el argentino Carlos Mastrángelo, creó unas gafas inteligentes que, sin utilizar cristales sino una membrana de glicerina, pueden ser controlados desde el smartphone para tratar afecciones como la presbicia ya que con un sensor ubicado en el puente puede ir cambiando el foco según lo que mire la persona.

‘Los lentes inteligentes están diseñados principalmente para restaurar la pérdida de adaptación que se produce en la presbicia. Los lentes fijos convencionales no pueden hacer eso‘, aseguró Mastrángelo y agregó que hay alrededor de 1,7 mil millones de personas en el mundo con dificultades para enfocar objetos cercanos.

‘Nuestros lentes inteligentes pueden corregir cualquier problema relacionado con el enfoque, cada lente se puede deformar y cambiar la potencia óptica según sea necesario‘, explicó el profesor y especificó que las gafas requieren el uso de una aplicación móvil o vía Bluetooth para la carga del defecto óptico, la modalidad de funcionamiento y la prescripción médica particular de la persona para ajustar el sensor de distancia que posibilita hacer foco.

‘Después de que la información es insertada, el microcontrolador de conjunto mide continuamente las distancias del objeto y combina esa medición de distancia con la información de prescripción para calcular y establecer la potencia óptica correcta. Debido a que el dispositivo hace esto dinámicamente las imágenes se muestran claramente, no importa lo que la persona está mirando‘, explicó.

Cada par de anteojos incluye un sensor de distancia (utilizado para medir la distancia al objeto observado), un pequeño microcontrolador y una interfaz de comunicaciones bluetooth.
Mastrángelo agregó que ‘aunque las lentes líquidas han estado alrededor durante bastante tiempo, las versiones viejas de ellas eran demasiado pesadas y voluminosas para ser gafas‘. No obstante, reconoció que con su equipo de trabajo han desarrollado ‘avances tecnológicos para hacerlos más ligeros‘.

Los lentes no tienen zonas con diferente aumentos como los anteojos comunes, sino que cambia el foco en 14 milisegundos, lo cual evita tener que moverlos en el rostro para poder dar con el aumento y la claridad correspondiente.
Fuente: Télam