Si hay algo que puede cambiar radicalmente la cara de una vivienda es la pintura. Además actualmente existen sistemas que permiten no sólo elegir el color que cada persona prefiere sino también ver de antemano como ese color quedará en la realidad. Esto se logra a través de un programa que permite ver diferentes combinaciones y alternativas hasta encontrar la que mejor se adapte al ambiente.

En otras palabras se puede asegurar que si los colores están bien usados se puede transformar, crear y transmitir sensaciones.

Los colores, con sus infinitas posibilidades y combinaciones, permiten dar carácter a las paredes siempre que se logre una combinación armónica y balanceada.

Hay que recordar que mezclando cualquier color con un neutro (blanco, negro y gris) quita saturación, como en el caso de los pasteles, que son colores luminosos pero no saturados, porque fueron mezclados con blanco. Justamente el blanco suma luminosidad a un color, es decir, aumenta su valor.

Aquí se detallan algunas sugerencias para tener en cuenta y no cometer errores ya que la inversión en pintura es importante:

* Cuando se use más de un color en un ambiente, hay algunos esquemas para lograr la armonía necesaria: En el esquema monocromático se usan distintos valores o saturaciones del mismo color base. En el análogo se usa el color base combinado con alguno de sus vecinos inmediatos dentro del círculo cromático, o sea que estos colores tienen un común denominador. En el esquema complementario, se combinan los colores opuestos en el círculo cromático.

Los colores complementarios crean contrastes en el ambiente y se intensifican los tonos.

En el esquema complementario dividido, el color de base se combina con los análogos de su complementario. Finalmente, en el esquema triaxial, se combinan colores triangulados dentro del círculo cromático.

* Es muy importante, aunque relativo, que cualquiera sea el color elegido que haya uno dominante que abarque alrededor del 70% del área pintada.

* Los colores de valor más bajo y los más saturados son más pesados: conviene restringir su uso a las proporciones menores.

* Otra cosa que también es muy importante es definir la relación de quienes viven en una casa con los colores ya que para cada persona tienen connotaciones diferentes.

Achican o agrandan

Uno de los mitos es que, como el blanco agranda, todos los espacios chicos de una casa hay que pintarlos en ese tono. Algunas sugerencias por parte de los expertos ayudarán a resolver este tipo de situaciones:

* En el caso de un hall, a pesar de ser un espacio chico no tiene tanto sentido usar el blanco. Como es un lugar de paso y también es la primer impresión que se tiene de una casa, se pueden usar colores más fuertes.

* En los ambientes que tienen diversos usos como un living, se puede jugar con los colores menos saturados.

* Para los dormitorios convienen los colores que inviten al descanso y en el caso de los cuartos infantiles, los colores luminosos y alegres.

* Los colores claros agrandan, pero en ciertos espacios pequeños se pueden usar colores oscuros o cálidos, para dar la sensación de intimidad. Del mismo modo que los claros y luminosos, para generar la serenidad y amplitud que requieren los espacios grandes.

* El azul tiene una tendencia sedante y espiritual; el rojo, y otros colores cálidos tienden a estimular los sentidos. El amarillo infunde alegría… y el verde es asociado al equilibrio. La gama de colores terrosos genera sensaciones de arraigo y solidez.

* Hay que tener en cuenta que muchas veces el mismo color aparece totalmente distinto con luz natural o artificial. Incluso la luz solar también cambia durante el día. Con la luz artificial pasa algo parecido.

Las luces incandescentes tienden a dar reflejos dorados a ciertos colores y neutralizan a otros. La luz de fluorescente, en cambio, suele achatarlos a todos.

Esto implica que a la hora de elegir los colores hay que considerar cuál es el momento del día en que más uso se le da al ambiente, qué orientación tienen las ventanas y qué tipo de luz artificial recibe.

* Las propiedades de los colores ayudan a modificar la apariencia de los espacios. Los colores fríos, como el azul, dan la sensación de retroceder mientras que los cálidos, como el rojo, dan la sensación de avanzar. Así se puede hacer que un pasillo largo se acorte, aplicando un color cálido a la pared del fondo o acentuar su longitud pintando la misma pared de oscuro o con un color frío.

* En los cielorrasos los colores luminosos aparentan mayor altura mientras que los oscuros aparentan una altura menor. Los oscuros, como el bordeaux, también pueden darle un carácter opulento a los ambientes y los luminosos, como un verde amarillento, crean una sensación de frescura.

* Una vez decidido cuál va a ser el color dominante en un ambiente, lo primero que hay que hacer es probarlo en las distintas paredes del espacio a pintar, y no en una sola pared. Tampoco hay que pintar sólo un pedacito, ya que la intensidad del color se incrementa cuando se cubren grandes superficies.

Se pueden usar distintos matices del color y observarlos en diferentes momentos del día y también de noche, con luz artificial, para ver cómo quedan.