Todos los alimentos traen en su envase la indicación de la fecha de caducidad por cuestiones de seguridad e higiene. Entre la información suele figurar, además, la fecha de elaboración o de envasado. La vida útil de un consumo comprende un periodo que transcurre desde la preparación hasta el deterioro, remarcando hasta qué momento puede ser ingerido, de modo que luego de ese transcurso, la seguridad del producto puede alterarse.
 

  •  Arroz: incluso si se desarrolla una capa de polvo en la bolsa o caja, el arroz en el interior es tan bueno como el día que se lo compró, siempre que se trate de blanco, arborio o basmati. Diferente es lo que pasa con el arroz integral sin procesar, ya que durará solo seis meses por su mayor contenido de aceite que lo pueden volver rancio.
  • Sal: la sal de mesa, sal de mar o sal kosher, se mantendrá tan fresca como el día que se la compró y permanecerá así hasta que se acabe, sea cuando fuere que esto ocurra.
  • Salsa de soja: por el alto nivel de sal y contenido ácido, este tipo de ingrediente se conservará indefinidamente, aunque si está abierta durará alrededor de tres años, un tiempo más que suficiente para terminarla.
  • Miel: se conserva indefinidamente. Es naturalmente antimicrobiana, por lo que no se estropea. Puede presentar un tenue cambio de color y hasta convertirse en "cristalizada", pero se mantendrá apta para comer. En caso de cristalizarse, solo basta con colocar el envase abierto en agua caliente y revolver hasta que se disuelva.
  •  Almidón de maíz: para mantener indefinidamente el almidón de maíz es clave mantenerlo seco, bien cerrado y en un lugar fresco.
  •  Vinagre blanco: nunca se echará a perder, aunque esté abierto. Así que no está de más abastecerse de este producto de manera de que siempre haya en casa cuando se necesite.
  • Azúcar: la recomendación habitual es mantenerla en un lugar fresco y seco. Y si bien es aconsejable hacerlo, lo principal es asegurarse que de que no le crezcan bacterias. Sólo hay guardarlo en un recipiente hermético para mantenerlo a salvo de los insectos y la humedad.
  • Licor fuerte: no hay necesidad de darse prisa y terminar esa botella mágnum de ron, ya que este tipo de licor sólo requiere ser mantenido en un lugar fresco y oscuro. El licor podría perder su aroma ligeramente, pero no lo suficiente como para que sea perceptible.
  • Porotos secos: pueden mantenerse aptos para el consumo de forma indefinida. Se necesitará más tiempo para ablandarlos cuando se los cocine después de un año o dos, pero no perderán su valor nutricional.