Una opción económica para cambiar la cara de algunos espacios de la casa es retapizar o tapizar muebles. Claro que para lograr resultados óptimos se deben tomar ciertos recaudos y tener presente algunas sugerencias respecto de tipos de tapicerías , las combinaciones y lo más indicado según el uso y el tipo de ambiente.

En primer lugar se debe tomar en cuenta cómo es la habitación, si es amplia, si es luminosa, si es muy usada, y sobre todo, si el mueble a retapizar es muy utilizado.

El paso siguiente es buscar la tela, el diseño del tapizado y sus posibles combinaciones. Los colores crudos son los más elegidos por la facilidad para conjugarlos con otros tonos.

Si se eligen bordados, cuadros o flores lo mejor será que sean discretos para evitar que quede recargado.

Un buen truco para conseguir un ambiente que refleje armonía es colocar todas las telas con el mismo color de fondo. Así, cualquiera sea el motivo de cada tela elegida, nunca quedará fuera de tono. Otra posibilidad es repetir alguno de los colores del estampado, por ejemplo de las cortinas, en el sofá o en el ribete de la alfombra.

Es también conveniente tomar en cuenta la textura de cada tela. Si la tela elegida para un sillón es gruesa o pesada, queda bien equilibrarla con otras más finas. Los tejidos combinados de diversas texturas y grosores ayudan a crear profundidad en los ambientes.

Una vez que se tiene una idea general de qué es lo mejor para el espacio particular, es importante pedir en el negocio de telas una serie de muestras, cuanto más grandes mejor, de los tejidos que más se acerquen a lo imaginado.

Las telas

Las posibilidades de tramas para tapizar es amplísima y es conveniente saber cuáles de esas telas son las más indicadas. En general se prefieren las fibras naturales, ya que son muy resistentes y duraderas. Entre ellas, el material más utilizado es el algodón, ya que resulta económico y fácil de combinar. Otros como la seda son más frágiles y requieren de mayores cuidados.

Al contrario de las telas para otros usos, para tapicería es preferible adquirir una tela que no venga en su estado puro, es decir, no al 100 por ciento, y que lleve un porcentaje, de 10 o 15 por ciento, de material sintético. Esto servirá para que el tejido no se arrugue tanto, que sea bastante más resistente al roce y que se ensucie menos. Entre las telas sintéticas, la que destaca es la microfibra, porque es muy fácil de mantener y de lavar.

Otro de los puntos importantes es comprobar que la tela no produzca bolitas, con el paso del tiempo y para ello hay que pedir asesoramiento a los vendedores que son los que saben.

El trabajo de tapizar es complicado por que vale la pena invertir en una buena tela, si no rápidamente puede deteriorarse.

Alternativas

Una buena manera de preservar el tapizado es con fundas, de tal modo que se puedan llevar a la tintorería o ser lavadas con cuidado en casa.

También hay que evitar que la tela se exponga mucho tiempo a sol, ya que puede perder los colores con más facilidad. Siempre es bueno consultar sobre el lavado de cada género en específico, a la persona que vende la tela. Algunas pueden lavarse a máquina y otras no, algunas permiten el uso de lavandina para ropa, otras solo se pueden limpiar en seco y ciertas texturas pueden arruinarse con el uso de la plancha demasiado caliente. Si el tapizado se mancha, lo mejor es actuar rápido, lo más rápido posible, aplicando un trapo húmedo con agua o espuma seca en aquellos tejidos que se arruinan si se mojan.

Cantidad

Para saber con certeza los metros de tela necesarios, se debe dibujar a escala las piezas, sobre un rectángulo de papel que reproduzca las medidas del género. Por lo general se calcula una medida de 80 cm. para tapizar una silla ( 120 cm. si lleva respaldo ) y unos 12 mts. para un sillón de dos plazas. A esto no hay que olvidar añadir lo que se denomina como rappor, es decir, los metros necesarios para encajar el estampado.

El living

En el living se suele comenzar ideando el tipo de tapizado del sillón principal. Los tonos naturales y las telas lisas o con relieve, en colores claros (blanco, arena, beige) son los más utilizados porque son también los más combinables. Pueden también utilizarse telas estampadas, pero se deben compensar con otros tejidos lisos para no sobrecargar el ambiente. Por ejemplo, un sofá estampado puede equilibrarse con cortinas planas pero que repitan algún tono de la tapicería.

En el caso de las sillas y las butacas funciona al revés que el sillón principal. Si es liso queda bien tapizar las butacas con telas de flores, rayas o cuadrados, para que se produzca un contraste y se cree agilidad. También queda armonioso integrar sillas y sillones, eligiendo varios tonos lisos, pero dentro de la misma gama cromática.

Las sillas, debido a su desgaste, deben tapizarse con telas más resistentes y fáciles de lavar. La mejor opción es el algodón. Existen algunas telas especiales con tratamiento antimanchas, que en estos casos, como suelen encontrarse cercanas a las mesas de comedor, es más posible que se salpique alguna salsa o comida, y pueden resultar mucho más prácticas.

Fuente: Construir y decorar