Más de la mitad de los migrantes que residen en Argentina viven en la provincia de Buenos Aires, mientras que casi el 22% lo hace en la Ciudad de Buenos Aires, es decir que estos dos distritos concentran el 73,1% del total de esta población según datos definitivos del Censo Nacional 2022 difundido por el Indec.

El otro dato curioso del informe da cuenta que la población extranjera en Argentina se ha mantenido casi inalterada desde el Censo de 2010 ya que el total de inmigrantes representa el 4,2% de la población total del país, apenas un 0,2% menos que hace 12 años. Entonces, la novedad es sin lugar a dudas el volantazo en las regiones de procedencia de quienes, desde otros países, decidieron residir en Argentina.

Del total de la población censada en octubre de 2022, el 4,2% eran personas que habían nacido en otro país, de las cuales el 27% eran oriundos de Paraguay; el 17,5 de Bolivia y el 8,4 en Venezuela. De total de extranjeros, el 51,4% reside en la provincia de Buenos Aires y el 21,7% en la Ciudad.

Muy lejos de esta proporción' figuran provincias como Mendoza (3,4), Córdoba (3,4), Santa Fe (2,5), Río Negro (2,1) y Misiones y Neuquén con el 2%. El resto de las jurisdicciones presenta menos del 2% de su población no nativa, y Catamarca es la provincia con menor proporción de extranjeros.

Como se podía esperar, se encontró el porcentaje de inmigrantes de países latinoamericanos no limítrofes más alto de la historia argentina, o por lo menos desde 1869, cuando se hizo el primer censo nacional.

En el podio de esas llegadas está Venezuela, el tercer país que más migrantes le dio a la Argentina en la última década, detrás de Paraguay y Bolivia, históricos "primeros".

En porcentajes (1.941.862 extranjeros censados), los llegados de Paraguay fueron el 27%, tres puntos debajo del censo de 2010; en tanto que los de Bolivia, el 17,5%, dos puntos porcentuales menos que en 2010.

El dato tan esperado para los inquietos de la demografía era la cifra de venezolanos que saldría del censo nacional, personas que, al menos como se percibió en el AMBA, se exiliaron masivamente de una crisis social y económica muy dramática, pero -sin chances reales de preverlo- ingresaron, lamentablemente, en otra.

Según informa el Indec, son el 8,4% del total de inmigrantes. Es decir, más de 163.000 personas. La composición del grupo es, a diferencia de otros colectivos que hay en el país, gente joven, en sus veintes, treintas y cuarentas. Pocos (en comparación a quienes vienen de países limítrofes) son chicos o adolescentes y pocos (en comparación a la población chilena o uruguaya) tienen más de cincuenta.