En el interior de Santiago del Estero, Villa Silípica es un pueblo de gente sencilla, humilde y con una profunda fe cristiana. Con orgulloso, llevan en su corazón a Mama Antula, que nació allí en 1730, y que a principios de 2024 será canonizada por el papa Francisco como la primera santa argentina.

En este pueblo de 500 habitantes aproximadamente, en medio del verde del monte, se erige la Capilla de Mama Antula, una pequeña y blanca construcción terminada en 2016, cuando María Antonia de Paz y Figueroa fue beatificada por el Vaticano.

La anunciada proclamación de santa es recibida con lágrimas en los ojos por los pobladores del lugar: dicen que tener una santa en su pueblo es un honor, un privilegio, un compromiso, una bendición, un signo de amor, una señal en tiempos difíciles y un mensaje de paz.

Según la tradición oral, Mama Antula nació en Villa Silípica hace casi tres siglos. Se cree que la familia Paz y Figueroa tenía "una encomienda de aborígenes aquí, o tenían un campo y tenían aborígenes al servicio, cosas que eran comunes en ese tiempo y María Antonia venía permanentemente", cuenta el padre Ramón Tenti, coordinador de la capilla.

"Incluso después de la expulsión de los jesuitas en 1767, cuando ella empieza su tarea apostólica junto a otras mujeres, uno de los lugares a los que viene a hacer los ejercicios espirituales es aquí en Villa Silípica", agrega el religioso.

Gran cantidad de fieles y devotos de Mama Antula arriban al pueblo con gran emoción y en la capilla agradecen y piden favores: "Sentarse frente a su imagen es una sensación que no se puede explicar", dice Lucía, una santiagueña de 41 años que llegó al lugar con su familia.

Honor. Los pobladores dicen que tener una santa en su pueblo es un honor.

La imagen de Mama Antula, con su cruz y biblia evangelizadora, fue hecha en la provincia de Buenos Aires y está en el altar junto a otra gran cruz con Jesús hecho de madera, y con una reliquia. "La reliquia es un pedazo de hueso de Mama Antula, que nos han donado de la Santa Casa que ella fundó en Buenos Aires", comenta el padre Tenti.

Esta reliquia, que está a los pies de la imagen de Mama Antula, es "un signo de su presencia, es como tener una foto de la mamá en la casa".

Familias completas fieles a Mama Antula llegan al pueblo para participar de un retiro espiritual. Desde horas tempranas, preparan el pan casero en hornos de barro, al igual que el mate cocido, para invitar a todos los visitantes porque "es una forma de dar la bienvenida a nuestros hermanos", indicaron.

En este último tiempo, "muchos no sólo en Santiago del Estero, sino en el país la están descubriendo", reflexiona Tenti. Reconoce que "viene gente de todos lados y el pueblo se ha visto en cierta medida invadido".

Aventura, además, que con la consagración de la primera santa argentina "seguro que esta capilla va a ser declarada santuario y eso hará seguramente que tengamos que estar permanentemente atendiendo a los peregrinos que vengan".

"Que sea santa", sostiene el padre Tenti, "es hacer justicia a una esperanza largamente esperada, porque el primer milagro que se le atribuye es de 1905, o sea, que a principios del siglo XX, y estamos en el siglo XXI".

Recuerda que "sus cartas, por ejemplo, que iban desde América a Europa, eran traducidas a varios idiomas".

"Unas 70.000 personas pasaron por los ejercicios de Mama Antula", destaca. "Hizo una tarea evangelizadora única para una mujer y laica de ese tiempo".