Las lluvias de entre 50 y 60 milímetros que cayeron en las últimas horas en la principal zona agrícola de Argentina son una "bendición" que permite que continúe mejorando el estado del maíz y que los agricultores inicien la siembra de la soja, dijo ayer la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).

Las precipitaciones se suman a los 30 milímetros de agua que cayeron en la región durante el fin de semana y al promedio de 45,5 milímetros caídos la semana anterior, ayudando a dejar en el pasado una sequía que afectó al corazón agrícola en invierno e inicio de primavera.

Argentina es uno de los dos principales exportadores de aceite y harina de soja, y el tercero de maíz. "Las recientes lluvias han sido un bálsamo para calmar la ansiedad de productores", dijo la BCR, que señaló que "el maíz ha respondido bien a las recientes precipitaciones", haciendo referencia a lotes sembrados entre octubre y septiembre que necesitaban urgentemente agua.

En su reporte semanal de cultivos publicado, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BdeC) dijo que por las lluvias el 86,7% del área sembrada con maíz presentaba condiciones entre normales y buenas, 10,3 puntos porcentuales más que hace una semana.

Con respecto a la soja, la BCR señaló que "estas lluvias eran cruciales. Ahora, la siembra de soja puede retomarse con optimismo".

A su vez, la entidad detalló que para las próximas semanas espera condiciones climáticas más secas, con una mayor presencia del sol, lo que espera que potencie el efecto positivo de las precipitaciones. Los agricultores llevan sembrado un cuarto del área prevista para el maíz.

En el caso del trigo, las precipitaciones llegaron demasiado tarde para las plantas, que atravesaron etapas de desarrollo clave en medio de condiciones climáticas adversas, señaló la BdeC.