Los cajeros automáticos incorporarán la opción de operar con lectores de huellas digitales
La medida fue informada por el Banco Central.
La medida fue informada por el Banco Central.
Los cajeros automáticos deberán contar con lectores de huellas digitales para que los usuarios y usuarias validen su identidad a través de esta modalidad, informó hoy el Banco Central (BCRA).
La entidad monetaria estableció un cronograma para que todos los cajeros se encuentren operativos a fin del año próximo, en tanto que los que cuentan con lectores biométricos habilitarán esta modalidad antes del 30 de junio de este año.
La huella constituye una opción que puede reducir la fricción entre los usuarios y los dispositivos tecnológicos, facilitando asimismo los pagos de beneficios sociales a personas que no poseen tarjeta de débito.
El uso, que será opcional, también favorece el acceso a los cajeros automáticos por parte de los grupos de la sociedad con mayor grado de vulnerabilidad, facilitando su inclusión financiera en niveles de calidad.
La utilización de la huella dactilar es posible porque la Argentina cuenta con una base de datos biométricos centralizada y administrada por el Registro Nacional de las Personas (Renaper).
Los lectores pueden acceder a las noticias más importantes.
En el lugar trabajan 43 personas, algunos técnicos especializados, pero perdieron a su principal comprador, Gualcamayo.
Una joven del norte de Santa Fe es quien protagonizó el suceso. En el mismo estaría involucrado un presidente comunal.
Un cuarto pequeño está grave.
La Resolución General 5505/2024 publicada en el Boletín Oficial deroga el Título I de la Resolución General N° 2.729, que establecía el régimen de información para la transferencia de automotores y motovehículos usados radicados en el país.
Fue solicitada por las defensas luego de una primera junta médica que calificó de pésima la atención de los médicos que van a ser juzgados a partir del próximo 4 de junio. Será en la asesoría pericial de La Plata y podría ser vital para el caso.
Los datos son alarmantes: uno de cada dos alumnos de tercer grado no entiende lo que lee.