Señor director:

Como ya es mi costumbre, me es grato compartir con los lectores de DIARIO DE CUYO, todas aquellas anécdotas, historias y enseñanzas que no deja nuestra vida en la Cuarta Región de Chile. Por tal motivo es que podría decirse lo sorprendido que los pobladores quedaron al ver un gigantón verde, diaguita andino, brinda que apoyo para la vida en la capital mistraliana. Cuando los ribereños huerteros de la capital cultural no ocultaban su orgullo en cobijar gigantes generosos. Donde se cumple aquel adagio que dice "quién a buen árbol se arrima, buena sombra lo cobija''. Ahí nomás...  


El gigante bonachón y generoso asoma su cabeza por sobre la techumbre de los aledaños a una casona con historia de nacimiento. Aunque no tan grande, otro vecino mexicano, respalda el apego por la tradición y la suerte de cobijarse en huerta urbana y amigable.  


Tal como suelen darse las cosas, en el Valle de Elqui, toda la cuadra que, en más de alguna ocasión, anduviese la niña Lucila Godoi Alcayaga o Gabriela Mistral, posteriormente, se ha transformado con una media docena de bancas tradicionales que no afectan el paso de los vehículos.


Hay murales creativos por un costado y negocios de comidas con bebidas gaseosas. Los vecinos verdes se han adaptado al cambio urbano.