Señor director:

La televisión nos muestra telenovelas de origen turco que denigran a la mujer. Es por eso que quiero refrescar la memoria de muchos al decir que la República Argentina está entre los países a nivel mundial que más ha legislado en favor de los derechos humanos. Que no es mérito de tal o cual gobierno, sino fruto de las luchas de los distintos estamentos de la sociedad.

Desde los derechos del niño, de los abuelos, de las mujeres, de los hombres, también de las personas con capacidades diferentes, la orientación sexual, religiosa o color de piel, sin importar de dónde vengan. En Argentina todo somos iguales ante la ley, con las mismas obligaciones y derechos. Acá, lo que importa es el ser humano.

Murió mucha gente para lograr, en parte, que las leyes de derechos humanos sean verdaderos escudos y estandartes en la continuidad de estas reivindicaciones.

Sin que nadie haga algo, vemos por televisión, estilos de vida donde el mal trato, la violencia de género, el sometimiento, la corrupción de menores y mujeres adultas, las violaciones, la esclavitud, la anulación, el sufrimiento, el uso y abuso de mujeres niñas o jóvenes entregadas al sexo por la fuerza, disfrazado de "costumbres o idiosincrasia de Medio Oriente", la trata, pedofilia, madres proxenetas obligando a sus hijas al juego del "macho", enalteciéndolo.

Este tipo de series extranjeras son muy mal ejemplo para cualquiera. Pero son de fácil consumo. Muchas mujeres argentinas no se pierden un capitulo, sin darse cuenta que están tirando por la borda sus propios derechos y hasta fomentando la destrucción de la familia.

Hay que reaccionar a tiempo. Esta televisión tiene objetivos bien claros: el sometimiento de la mujer y dejarla como en esos países, que sólo son meros objetos.

Las defensoras de los derechos de la mujer esto no lo ven. No vale de nada tener leyes, luchar por las igualdades e injusticias, o que hayan muerto muchas mujeres buscando sus derechos, si permitimos que la televisión turca siga denigrando a la mujer.