El etiquetado suele ser motivo de confusión en el consumidor.


En la actualidad y desde hace muchísimos años, la publicidad ha cumplido un rol muy importante en la alimentación. Como consecuencia de ello, se produjeron cambios en los hábitos de consumo provocando el aumento de enfermedades crónicas no transmisibles como es el caso de la obesidad, diabetes, entre otras. Un consumidor no puede evaluar el alimento que come debido a que no existe un rotulado claro de lo que contiene ese producto. En nuestro país no hay una ley como en Chile, con rotulados claros y visibles que alerten al consumidor qué contienen los alimentos, como altos contenidos en sal, azúcar y grasa. Todo lo contrario a la información nutricional que en la mayoría de los casos es poco legible y con terminología que, salvo un experto, puede saber. Se sabe que más del 40% de los productos envasados no dicen lo que contienen o no contienen lo que dicen. Hoy, el mercado da cierta seguridad recurriendo a las marcas. Por ende es el que fabrica el alimento, el que de alguna manera garantiza que el producto sea comestible y seguro. Lo que no quiere decir que sea saludable a la industria, sólo le alcanza que sea inocuo, un ejemplo son los alimentos chatarras que son comestibles pero no saludables. Hoy no sólo se necesita informarse con qué están elaborados los productos industriales. Es fundamental el rotulado visible y claro al consumidor. En la actualidad es poco claro y se pretende que se entienda lo menos posible. Hay estudios que han demostrado que un gran porcentaje de comensales sólo comprenden la fecha de vencimiento que es muy importante, pero debo decir que en la mayoría de los productos es poco clara y visible. Es necesario que estemos atentos al momento de consumir, veo con preocupación madres dándoles gaseosas en las mamaderas a sus bebés o comprándoles jugos envasados en lugar de exprimir una naranja. La publicidad es engañosa, incitan al consumo de comidas chatarra mostrando como abuelos hacen felices a sus nietos consumiendo ese tipo de comidas. Mi mensaje es que hay que estar muy atentos a lo que consumimos, porque el daño que se causa a nuestro cuerpo es irreparable en muchos casos.



Por María Rosa Storniolo
Nutricionista