Si Cuba, China y Rusia ganan sus escaños, tendrán aún más poder para frenar futuras investigaciones de derechos humanos de la ONU.

Suena como una locura, pero es muy probable que la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) elija a Cuba, Rusia y China para ocupar bancas el Consejo de Derechos Humanos, que es el principal organismo de derechos humanos de la ONU.


Y lo que es igualmente absurdo, es probable que el Consejo mantenga a Venezuela como uno de sus 47 países miembros, a pesar de que hace apenas unos días un panel de la propia ONU concluyó que el dictador venezolano Nicolás Maduro ha cometido "crímenes contra la humanidad".


Todo esto está pasando desapercibido en los medios en momentos de la pandemia de Covid-19, la contienda electoral de Estados Unidos y otras noticias mundiales.

"El año pasado, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, publicó en un informe que los escuadrones de la muerte de Maduro realizaron más de 6.800 ejecuciones extrajudiciales".

Pero es importante, porque si Cuba, China y Rusia ganan sus escaños, tendrán aún más poder para frenar futuras investigaciones de derechos humanos de la ONU. Convertirán al Consejo en una sociedad de protección mutua de la dictaduras, más de lo que ya lo es.


La votación en la Asamblea General de la ONU para elegir a 15 de los 47 escaños del Consejo tendrá lugar el 13 de octubre. Los candidatos a los escaños del Consejo ya fueron elegidos por los bloques regionales de la ONU, que eligen un número predeterminado de candidatos por bloque.


"Cuba y Rusia serán candidatos sin oposición, por lo que es muy probable que ganen", me dijo Lou Charboneau, encargado de asuntos de la ONU de la organización Human Rights Watch. "También parece muy probable que China o Arabia Saudita, o ambos, sean elegidos".


¿Cómo puede ser posible esto? Es bastante simple: la mayoría de las democracias concentran sus energías en ganar bancas en comisiones de la ONU que pueden ayudarlas a promover sus intereses económicos. Las dictaduras, en cambio, negocian sus votos en comisiones económicas a cambio de apoyo para ganar bancas en el Consejo de Derechos Humanos, para poder defenderse así de las investigaciones sobre sus abusos a los derechos humanos. El presidente Donald Trump retiró a Estados Unidos del Consejo en 2018, algo que ha reducido su influencia para evitar que varias dictaduras ganen bancas en ese organismo.


La elección de Cuba, Rusia, China y Arabia Saudita podría dificultar futuras investigaciones de la ONU sobre Venezuela.


¿Se puede hacer algo para evitar que estas dictaduras sean electas al Consejo? Hillel Neuer, director de la organización independiente U.N. Watch, con sede en Ginebra, me dijo que la elección de Cuba para el Consejo podría frustrarse si se presenta una democracia como Costa Rica antes de la votación del 13 de octubre.


Lo mínimo que deberían hacer los países democráticos es condenar públicamente a las Naciones Unidas por esta farsa. La elección de estas dictaduras no sólo viola las propias normas del Consejo, que exigen elegir a países con una buena trayectoria en derechos humanos, sino que es un insulto a todos los valores fundamentales de la ONU. ¡Es una vergüenza para la ONU, y para todos los países que guardan silencio sobre este disparate!

Por Andrés Oppenheimer
Columnista de The Miami Herald y nuevo Herald, Miami, EEUU.