El mayor atentado que se puede hacer contra uno mismo, renunciar a la libertad. La foto muestra a policías rusos del dictador Vladimir Putin reprimiendo ciudadanos que no quieren ir a la guerra contra Ucrania.


El tema del suicidio, que por estos días está ocupando la atención de los servidores de salud, públicos y privados, por la inesperada frecuencia con que se están registrando, está dejando de ser un tema tabú. Y bienvenido que lo sea. No hablar de ello, no aleja la posibilidad de que ocurra. De lo que si debe hablarse es sobre qué precauciones tomar para prevenir esos dramáticos acontecimientos, o que disminuyan en su intensidad. Está muy bien proveer un número donde llamar si uno se cree estar al límite de esa decisión, o si se sabe de alguien en tal situación. No es suficiente. Como lo es todo aquello que actúa sobre las consecuencias y no sobre las causas. 


No soy experto en estos temas. Sólo he vivido, con aciertos y errores, como cualquiera, pero de esa imperfección he ido sacando algunas conclusiones. Por ejemplo, la certeza de que, sin ser consciente de ello, uno se suicida de a poco muchas veces en la vida.

PRESTAR ATENCIÓN A SITUACIONES ADVERSAS

Daré algunos ejemplos, sin que deba considerarse que es un catálogo taxativo de situaciones adversas, a las que se les debería prestar atención.


Una renuncia atroz es al derecho a soñar. Con una carrera, con un amor. A soñar con ser feliz, un ser completo, con todas sus facultades y talentos funcionando a pleno. Sin embargo, he advertido lo nocivo que es el persistir tozudamente en un objetivo que ya dejó de ser atractivo, por la razón que fuere. Es decir, que uno debe darse lugar también el derecho a cambiar, de buscar otros horizontes. Aprendí que la vida no solo se construye persiguiendo cosas, sino también dejándolas ir. No renunciar oportunamente a una situación que se convirtió en un peso, es también una manera de irse suicidando de a poco.


La auto exigencia excesiva es otro factor de negatividad, así como no cuidar la salud, abandonar la consulta médica o un tratamiento. No darse el gusto de acompañar el crecimiento de los hijos, o darse tiempo para conocerlos y escucharlos, son también conductas lesivas para la persona. Y lo son también para el joven, que se topa con la indiferencia, en lugar de respuestas, que le ayuden a reencontrarse con su centro de equilibrio.


RENUNCIAR A LA LIBERTAD 

Y dejo para el final el mayor atentado que se puede hacer contra uno mismo, renunciar a la libertad. Al momento de escribir esto, vi dos noticias que me impactaron. En ambas, los protagonistas son seres humanos luchando ferozmente con el régimen totalitario instalado en sus países, por no ser despojados de su libertad.


CONTRA LA DICTADURA 

El dictador Putin ha decidido convocar a reservistas para reforzar el frente de ataque en Ucrania. Guerra que al parecer se le está volviendo en contra. Fue conmovedor ver como las fuerzas de seguridad tomaban por sus cuatro extremidades a hombres jóvenes, que se estaban manifestando por no plegarse a las políticas del líder supremo de Rusia. Gritando como animal que va rumbo al matadero, esos jóvenes forcejeaban y vociferaban su voluntad de no ser reclutados. Nunca vi algo igual, en orden a quebrantar por la fuerza la voluntad de un individuo que no quiere matar, ni que lo maten.

MUJERES IRANÍES

El otro grito de libertad que vi fue el de las mujeres iraníes, que se han rebelado históricamente contra el régimen teocrático que las tiene sumidas, tradicionalmente, en un estado subhumano, que las obliga a usar velo, a vestirse de tal o cual manera, a conducirse en la vida por estrictas reglas impuestas por el régimen y ser despersonalizadas vergonzosamente. Es inaudito que a esta altura de la civilización ocurran situaciones como estas, y ver a esas mujeres, acompañadas de los varones, arrancarse el velo, cortarse los cabellos y vociferando consignas en favor de ser libres definitivamente, fue un baño de saludable respuesta ante el tirano que pretende controlarlo todo.


Aquel que por miedo, o por facilismo, o por idolatría por un ser que se cree una especie de dios, renuncie a ser lo que es y se somete al vejamen del autoritarismo, se está dando un tiro de gracia sobre su condición humana. Como aquel incapaz de advertir que sobre la afirmación de que el mérito no importa, o que vale lo mismo estudiar o no, ya que todos serán aprobados, es también un sujeto que sumido en la ignorancia y la mediocridad, se está inmolando a sí mismo. Cuando hablemos de suicidio, hablemos también de estas cosas, que son como grageas que se consumen de a poco, sin que tomemos nota de ellas.

  • Para tener en cuenta

También se suicida lentamente quien no presta oídos al llamado de su espíritu, o la voz de quienes le pueden aportar algo provechoso, por experiencia, por conocimientos o por amor. Como quiera que sea, ser indiferentes a esa luz que viene tanto del interior como del exterior, es un atentado a la propia formación como ser humano. Por lo mismo, encerrarse en uno mismo, silenciar los problemas, no abrirse a los demás, es también inmolarse de a poco. Negarse a compartir, a cultivar la amistad, a ser solidario, también van en el mismo sentido.

Por Orlando Navarro
Periodista