Quién diría que en nuestros tiempos se puede señalar, descubrir o develar la carencia educativa. Ello implica que el nivel científico alcanzado por las ciencias humanas en educación va avanzando y no se ha quedado en el tiempo, pues se puede estudiar, valorar y medir con precisión qué o quiénes están fallando en la educación. Para ello es necesario alcanzar una forma de representación tal que devele la capacidad que tiene alguien de ir de un lugar a otro y saber hacia dónde, que sitio determinado o también, la posición que tiene con respecto al punto al que se dirige. Por la delicada situación que enfrenta la educación en este tiempo, hemos diseñado una variable que resulta de la evaluación de los procesos educativos y los métodos pedagógicos de enseñanza, la que denominamos faltante educativa. Se la puede identificar desde dos puntos de vista distintos pero complementarios. Por un lado, observando el factor formativo en el campo educacional y por el otro, evaluando los progresos educativos en el hecho social mismo.


Para el primer caso, deberán identificarse la acción de los agentes educadores padres en primer término y en segundo término, la acción educadora de maestros y profesores.


Para el segundo caso, es decir, la evaluación del hecho educativo desde la óptica social nos introducimos en una pedagogía comunitaria en el ámbito de una pedagogía social.


La faltante educativa nos dará una resultante que para el exclusivo caso de la educación, nos puede dejar ver la forma en que se llega al educando a través de los métodos, técnicas, prácticas pedagógicas y ejercicio profesional con el que se opera observándose la idoneidad alcanzada por los enseñantes, su preparación o bien los estudios por los que fueron formados.


Este último aspecto es el que interesa para lograr buenos educandos, educadores docentes, educadores padres y ciudadanos en general, puesto que en la observación y preparación como así también en sus prácticas de enseñantes, se podrán evaluar sus conocimientos, aptitudes y titulación alcanzada.


Sin embargo, "la faltante educativa'' que mide la variable que resulta de la evaluación de los procesos educativos y los métodos pedagógicos de enseñanza no pudo ser aplicada a la educación municipal, por no contener esta los temas propios del Nuevo Sistema de Educación Alterna (SEA). Entre ellos damos a conocer algunos: educación vecinal de integración familiar, pedagogía comunitaria, proyección social y educacional de la comuna, principios de convivencia y valores morales, estéticos, sexuales, religiosos y humanos afectados por las desviaciones e irregularidades sociales. La valoración del hombre y de la mujer, pedagogía de prácticas sociales como la justicia y los derechos humanos, la producción de bienes y servicios, el desarrollo de cultivos para huertas y mantenimientos del ecosistema, etc. Ya ni la "faltante educativa'' que se la pudo identificar desde dos puntos de vista distintos pero complementarios observando el factor formativo en el campo educacional y por el otro, evaluando los progresos educativos en el hecho social mismo, se utilizó como herramienta que como medida determinara correcciones en el campo educativo. Hoy nos queda, más que mostrar y sacar a luz acontecimientos ineludibles que constituirían "presagios educativos''.

Por Mario Daniel Correa D'Amico
Filósofo y pedagogo, profesional de la educación con doctorado y especialización en el Área.