Para sinterizar el concepto filosófico e ideológico de cómo vino a la vida de los sanjuaninos el bloquismo, elegí estas palabras del exconcejal y convencional constituyente de Chimbas, Pedro Ocaña, que en un discurso por el aniversario del partido dijo: “El bloquismo surge en la provincia…, el 27 de febrero de 1918, de la mano de los hermanos Aldo y Federico Cantoni desde la separación del bloque de la UCR y se declara como UCR Bloquista, con ofertas al electorado revolucionarias y con acento en el respeto a las instituciones y al federalismo, adoptando como símbolo ‘la alpargata'”, con gran aceptación en las masas populares. Entre 1923 y 1934 de forma ininterrumpida logró ser gobierno, primero con Federico Cantoni, luego le sucede su hermano Aldo y posteriormente Federico. En 1927 introduce en la Constitución la igualdad política para la mujer, a través del voto femenino, hecho que conmueve al país.

 

Ursulina de Cantoni junto a Aldo, Federico y Elio, “Los tres machos Cantoni”.

 

Una de las más grandes cualidades que ha tenido el bloquismo es el profundo y acabado concepto del federalismo. Los gobierno peronistas de San Juan que vinieron después, aprendieron de ese federalismo, que ya por 1923 Federico Cantoni presentó como una nueva alternativa de gobierno. Igualmente 40 años después Leopoldo Bravo se mantuvo en la misma posición cuando le tocó gobernar San Juan por primera vez. Para ser honestos, el “federalismo” de Cantoni y Bravo fueron la misma bandera pero en distintas circunstancias y con distintos condimentos.

Hay que destacar que la relación política con la Nación comenzó un camino de diálogo. Leopoldo Bravo era un dialoguista por excelencia y su hijo Polo también. Cuando hablamos del “federalismo bloquista”, hay que reconocerlo, en todas las obras que en esa época se hicieron en nuestra provincia.

El concepto de federalismo es amplio, abarcador, no es ese concepto que cierto peronismo y cierto macrismo actualmente supieron sostener “soy federalista en mi discurso pero para dentro concentro el poder y lo manejo como yo quiero”.

El bloquismo es de esos partidos que han tenido y han sabido sostener los mejores cuadros y los más brillantes pensadores e intelectuales, que no se encontraban en el peronismo, ni en el radicalismo.

En 100 años, el partido Bloquista ha sabido mantener su “tropa” y su gente. El que se hizo bloquista lo hizo para toda su vida, y vivió la doctrina bloquista como un gran modo de vida.

El bloquismo siempre aplicó la inteligencia, de saber dónde y con quién negociar políticamente acuerdos, pactos, acciones y movimientos. Ya lo había hecho Cantoni con Perón; Bravo le habilitó la reelección a Menem y Graciela Caselles pactó con Gioja y Uñac, respectivamente. De esta forma el bloquismo muestra que es un partido dialoguista y de concesiones. Que formó su ideología al amparo de las conductas de “los tres machos Cantoni”, Aldo, Federico y Elio.

El bloquismo llega a su centenario conducido por una mujer, hermana de un referente del partido como lo fue Javier Caselles. Su hermana Graciela es la antítesis de aquel machismo violento que forjó al bloquismo. Irónicamente su voz pausada y su figura de mujer frágil y sensible le han dado al bloquismo en estos últimos años un “salvavida” que evitó que el partido desapareciera.

Uno de los logro histórico de Graciela es haber conseguido que haya bloquismo sin Cantoni y sin Bravo. La Cruzada Renovadora, por ejemplo, aún tiene esa deuda histórica.

Rolando Chiffel, Periodista.