Los jóvenes no se están inclinando mucho a carreras largas tradicionales, sino a aquellas que representan una fuente de seguridad y estabilidad en corto tiempo.

Cuando hablamos de lo que significa el trabajo para las nuevas generaciones, debemos apuntar a que no es sólo el valor que genera lo que debe interesarnos, sino la actividad que representa trabajar para todos los que tienen la posibilidad de tener una ocupación. La pandemia del covid-19 dejó secuelas en varios aspectos, entre ellas algunas vinculadas al mundo del trabajo, que a la vez derivaron en problemas económicos actuales como por ejemplo la inflación y las malas políticas aplicadas que, en nuestro caso, han derivado en un aumento de la improductividad y consecuentemente de la pobreza.


Es un hecho que los jóvenes de hoy, a pesar de la desorientación reinante, buscan seguridad en todo lo que emprenden. Por ejemplo, de allí nace el compromiso con la denominada "onda verde" o con las políticas que apuntan a prevenir el cambio climático, entre otros objetivos.


Respecto del trabajo, los jóvenes no se están inclinando mucho a carreras largas tradicionales, sino a aquellas que representan una fuente de seguridad y que proporcione una estabilidad un poco más rápida, y si es posible inmediata. De ahí a que hay muchos jóvenes que antes de finalizar sus estudios están tratando de trabajar en sus áreas de competencia. Esto llevado al área personal, los conduce a dejar de lado los enfoques tradicionales que tenían antes los jóvenes y postergan objetivos como formar una familia, tener hijos y adquirir bienes durables. Muy distinto a generaciones anteriores donde esos objetivos eran primordiales y se trabajaba para alcanzarlos como una meta predeterminada.


Ante estos nuevos planteos hay que analizar qué debería cambiarse desde la dirigencia para adecuar los nuevos objetivos de los jóvenes respecto del trabajo. Previamente se deben analizar macrotendencias; cambios demográficos, cambios de mercados de trabajo, impacto por aceleración de adelantos científicos (como inteligencia artificial) , etc. Todo esto hará tomar nuevas medidas al respecto en consonancia con los que están pidiendo las nuevas generaciones.


Muy importante sería elevar el aprendizaje en esta nueva dirección. Para esto la Universidad u otros institutos de enseñanza deberían implementar cambios que redunden en beneficio de los estudiantes. Politizada como funciona en ciertos casos no logrará mejoras como la actualización del cuerpo de profesores o la búsqueda de la excelencia en sus alumnos. Desarrollar talentos comprometidos con su medio sería de gran utilidad para mejorar la sociedad.


Un liderazgo colectivo, llamaría al compromiso con el conocimiento, con el fin de desarrollar formas para mejorar el medio. Un enfoque muy distinto a los políticos actuales, que no conocen, a ciencia cierta, cómo mejorar su comunidad.

Por la Lic. Beatriz Albaladejo
Licenciada en Ciencias Sociales y Políticas