Cuando se acerca la temporada de vacaciones, ya sea de invierno o verano, siempre se piensa en lugares muy conocidos. Por lo general eso es lo que sucede.

Pero siempre hay opciones por explorar y enriquecerse de paisajes, de cultura, de vivencias, de exquisita gastronomía. Se trata de propuestas que no suelen estar dentro de las promociones mediáticas de empresas dedicadas al rubro turístico. Esos lugares son los pueblos sanjuaninos.

Aquellas localidades que suelen ser conocidas, quizás, por sus nombres, pero no han sido visitadas, entre otros motivos, por la falta de estructura para recibir visitantes.

De todos modos, se trata de visitar, seguramente por el día, o bien pudiendo acampar un par de jornadas como para disfrutar de todo ese potencial, podría decirse virgen en materia turística.

Pueblos como Angualasto, Malimán, Campanario, Zonda, Colangüil, en Iglesia; o bien Las Chacras, Marayes en Caucete; Astica, Chucuma, Usno, Baldes de Leyes; o en Calingasta por ejemplo, Tamberías, Puchuzún, Villa Nueva.

Esto por decir algunos de tantos pueblos que merecen ser conocidos y visitados.
Se Trata de una experiencia maravillosa, en la que se puede compartir con los pobladores algunos momentos y charlas sobre sus costumbres y experiencias de vida al habitar sitios que no tienen la calidad de vida que existe en las zonas urbanas.

Pero que tienen otros argumentos que hacen de estos pueblos, lugares excepcionales para vivir. Esto es, lejos del estrés mediático al que sumergen las ciudades y el consumismo en exceso.

Sin lugar a dudas que aquellas personas que desean hacer de sus fines de semana largos o vacaciones, experiencias singulares, una de las propuestas puede ser la de visitar lugares que están en nuestro territorio sanjuanino.

Además, siempre en el vehículo que viajemos, podemos llevar nuestra cuota de solidaridad destinada a nuestros hermanos que hacen patria en zonas con dificultades en muchos sentidos.

Por otra parte, en momentos delicados en materia de economía en nuestra sociedad que nos afecta en lo familiar, siempre es bueno esa dosis de aventura para hacer algo diferente, que rompa las estructuras de los viajes ya establecidos por el marketing.

Viajar es una experiencia que enriquece al ser humano, según dicen los especialistas. Renueva la mente, llena el alma de experiencias que tan sólo viajando se pueden tener.
Es por eso que nuestros pueblos sanjuaninos, merecen la oportunidad de que se los pueda conocer de una manera especial.