Prof. Edmundo Jorge Delgado Magister en Historia

En el corriente mes se cumplen 80 años de un día liminar en la historia reciente del país. Se trata del 17 de Octubre o ‘Día de la Lealtad’’. Años atrás cuando se evocó el cincuentenario de este hecho, los historiadores Santiago Senén González y Fabián Bosoer, realizaron un acabado trabajo historiográfico sobre tal evento, donde además de nutrirse de la bibliografía pertinente rescataron valiosos testimonios de algunos sindicalistas que vivieron aquella memorable jornada, tales como Cipriano Reyes, Eleuterio Cardoso y Andrés Framini.
El primero de ellos ocupaba en aquel entonces la secretaria del gremio de la Federación de Sindicatos Obreros Autónomos de la Industria de la Carne.

Hechos históricos en testimonios

En la entrevista puntualiza: ‘Ese día los trenes no circulaban, los ferroviarios adheridos a la marcha habían cortado con tijeras para alambres los cables de señalización y así se interrumpió el servicio. Cuando Juan Domingo Perón habló desde los balcones de la Casa Rosada, se apagaron las luces que alumbraban la Plaza.
Los trabajadores que tenían diarios les prendieron fuego y los transformaron en antorchas. Fue un espectáculo emocionante…’’.
Por su parte, Eleuterio Cardoso -en aquel tiempo delegado de la sección Hojalatería, del frigorífico la Blanca, en Avellaneda- expresaba: ‘Nuestro gremio cumplió un papel fundamental en aquellos días… al grito de ‘viva la huelga’’ y ‘viva el coronel (Perón)’’ recorrimos los establecimientos fabriles de Avellaneda… la reacción de la gente fue maravillosa. Nos sentimos héroes, nos aplaudían, salían a los balcones. Muchos nos arrojaban banderas, flores. No portábamos carteles, cantábamos ‘sin galera y sin bastón, somos obreros de Perón’’. También se cantaba ‘Perón presidente’’. En ningún momento de la marcha tuvimos problemas con la policía’’.
Andrés Framini, a la sazón trabajador en la fabrica textil Picaluga, situada en el barrio de la Boca, dice : ‘No se entonaron cánticos partidarios. Alguna gente llegó caminando y otros lo hicieron en tranvías. Hacía mucho calor y es cierto que a causa de ello, la gente se mojaba las piernas en la fuente de la Plaza de Mayo…’’

Movilización espontánea

Los protagonistas mencionados coinciden en la naturalidad de la movilización. Por ejemplo Cipriano Reyes sostiene el carácter autónomo de la marcha, desprovista de cualquier influencia, organicidad o manejo desde el poder. Igualmente Cardoso opina que no hubo conducción en la jornada del 17 de Octubre. Fundamentalmente existió espontaneidad e improvisación en un 90 por ciento.

Concluye formulando un juicio significativo: ‘Es importante destacar que en la historia argentina nunca se había dado una movilización de esas características. Los hombres que planearon el paro para el 18 acompañaron el 17, pero si bien fueron rebasados por la espontaneidad de la multitud, estaban predispuestos’’.

(Bibliografía: Revista Todo es Historia, Buenos Aires, octubre de 1995).