Por Jorge Reinoso Rivera
Periodista e Historiador

La frase “jubilaciones sin aportes, un delirio” refleja un debate muy polarizado en Argentina: mientras algunos lo ven como un “delirio” que debilita el sistema y genera injusticia hacia los que sí aportaron, otros, como legisladores peronistas, socialistas y de izquierda sostienen que el disponer del dinero que, argentinos de bien, aportaron durante más de 30 años mínimo, no es un robo, es verdadera “justicia social”.

El Instituto para el Desarrollo Social Argentino desde el 2018, nos venía advirtiendo sobre la sustentabilidad del sistema previsional, principal componente del gasto público nacional: en aquellos años, cuatro de cada diez pesos de erogaciones nacionales corresponden a jubilaciones y pensiones. “Una de las decisiones más irresponsables tomadas, por el peronismo, desde el regreso de la democracia, fue el otorgamiento de millones de jubilaciones sin aportes o aportes muy incompletos, a personas que no acreditaban aportes”.

Según los últimos datos disponibles del Boletín Estadístico de Seguridad Social (BESS), que elabora la ANSES, el número de jubilaciones (sin contar las pensiones) aumentó un 210% en 20 años: pasaron de 1,8 millones de beneficios en 2005, a los 5,7 millones actuales (marzo de 2025). Es decir, se incorporaron al sistema 3,9 millones en ese período. Así se llega a los datos de marzo de 2025: 5,7 millones de jubilaciones, de las cuales 3,9 millones correspondían a personas que debieron adherir a una moratoria para acceder al beneficio, mientras que 1,8 millones cumplían con las condiciones previstas por la ley. Del total de beneficios que ingresaron a través de una moratoria, en marzo de 2025 el 89,8% cobraba la mínima (con bono incluido) o menos (un máximo de $350 mil), y sólo el 1,2% tenía un ingreso superior a los $600 mil. En tanto, entre quienes ingresaron sin moratorias sólo el 35,8% cobraba menos de $350 mil, y el 38,7% percibía un haber superior a $600 mil.

Es decir, que “el gasto previsional sigue subiendo a una tasa superior a los ingresos y a la inflación. Teniendo en cuenta que las jubilaciones y las pensiones son el principal componente del gasto primario nacional (42% del total), se trata de una dinámica fiscalmente insostenible”, apuntó el informe.

Por otra parte, se indica que “en la búsqueda de restablecer la sustentabilidad de las finanzas públicas son muchas las tareas pendientes. Una de las más importantes es el ordenamiento del federalismo transfiriendo gastos nacionales que hoy se hacen en favor de la región metropolitana a las jurisdicciones correspondientes y eliminar los derroches que generan programas nacionales que se superponen con funciones provinciales y municipales. Sin embargo, el desafío más sobresaliente y complejo de resolver es el ordenamiento del sistema previsional”, plantea el estudio realizado por IDESA.

No hay antecedentes en el mundo de una distribución tan masiva e indiscriminada de jubilaciones sin aportes. Por lejos, es la medida más irresponsable tomada en la Argentina desde el regreso de la democracia. Se regalaron jubilaciones a personas que no hicieron aportes, y que muchas no estaban en situación de vulnerabilidad, generando una irritante inequidad ya que se les dieron los mismos beneficios que a las personas que hicieron aportes por 30 o más años.

La primera moratoria previsional apareció en la Ley 24.476 de 1995, aprobada en la gestión de Carlos Menem. En 2005, durante el gobierno de Néstor Kirchner, se impulsó una nueva moratoria con la sanción de la Ley 25.994, En 2014, la administración de Cristina Fernández de Kirchner impulsó la Ley 26.970, que amplió los alcances de la moratoria, mientras que durante la gestión de Alberto Fernández se abrió un nuevo plan de regularización de deudas previsionales que venció en marzo de 2025.

Si hay algo que nos ha quedado muy claro es que los gobiernos peronistas, lejos de aplicar su tan afamado término de “Justicia Social”, con la aplicación de estas leyes, solo lograron “El Gran Robo Social” a los argentinos de bien, que se esforzaron en aportar por más de 30 años.