El próximo domingo 10 de agosto la Iglesia católica celebrará el Día del Diácono. ¿Por qué surgió esta celebración en este día? Porque se recuerda el martirio del diácono Lorenzo que fue torturado y martirizado el 10 de agosto del año 258, cuatro días después que el Papa Sixto. San Lorenzo es el Patrono de todos los diáconos.

La palabra “servidor” en griego se dice “diácono”. Desde los orígenes de la Iglesia, en las primeras comunidades cristianas, se buscó “servidores” (diáconos), a los cuales se convocó para una misión. En el Libro de los Hechos de los Apóstoles se nos muestra que son ellos (los Doce) quienes llaman a los que Dios eligió (Hch 6, 1-7).

A lo largo de los siglos los diáconos fueron variando las formas de ejercer este ministerio, pero siempre manteniendo ese perfil de ser servidores. En tiempos de San Lorenzo se ocupaban de ayudar al obispo en la administración de los bienes económicos.

Los diáconos son servidores de la Palabra, por medio de la Predicación, la Misión y la Catequesis, a fin de que pueda llegar al corazón de los fieles.

De la Eucaristía, desarrollando su Ministerio en la misa en vínculo con el altar. Llevan la Comunión a los enfermos, y pueden presidir la celebración en ausencia del presbítero. Preparan momentos de adoración para que la comunidad se abra a la gracia de Dios.

De los pobres, es otro de los signos distintivos de su ministerio. Sabemos que en los más postergados y sufrientes está Jesús. Recordar la expresión de San Lorenzo: “¡Estos son los tesoros más apreciados de la Iglesia de Cristo!”

Entre ellos algunos son seminaristas en camino a la ordenación sacerdotal. Otros han participado de la Escuela de Ministerios para ser Diáconos Permanentes.

Diaconado Permanente. Son varones (la mayoría de ellos casados, otros solteros) que viven en sus casas con sus familias, tienen su propio trabajo, y ejercen su Ministerio (servicio) en la comunidades parroquiales, capillas, y otros espacios diocesanos. En la misa lo identificas cuando está revestido con sus ornamentos litúrgicos, tiene el alba (túnica blanca), el cíngulo (cuerda en la cintura), estola cruzada (tipo bufanda de tela que cruza desde el hombro hasta la cintura) del color litúrgico correspondiente.

En nuestra arquidiócesis de San Juan tenemos diáconos permanentes que se han preparado en la escuela de ministerios que funciona actualmente en los salones de la Iglesia Catedral, y que desde que fue creada por Mons. Italo Severino Distefano, el 10 de marzo 1995, presta a nuestra diócesis un servicio invalorable.

Te preguntaras cómo surge la vocación del diácono, bueno es un proceso, un camino que se inicia con el bautismo y que mientras se vive la vida cristiana en la parroquia va suscitando nuestro Dios el deseo de servir. Acompañado por el sacerdote de la parroquia inicialmente y luego en la escuela de ministerios, se va haciendo el discernimiento personal.

Para el Jubileo de los Diáconos en Roma, Francisco les dejó una hermosa enseñanza: “Su actuar concorde y generoso, de esta manera, será un puente que una el altar a la calle, la Eucaristía a la vida cotidiana de la gente; la caridad será su liturgia más hermosa y la liturgia su servicio más humilde” (Francisco, 23 de febrero de 2025).

Por Presbítero Fabricio Pons
Con la colaboración del arzobispo Jorge Lozano y el arzobispo auxiliar Mario Robles.