La Ruta de los Molinos en Jáchal es hoy un sitio turístico declarado Patrimonio Cultural de la provincia y “Monumentos Históricos Nacionales”. Hasta la década de los años ’70 fue una zona industrial harinera muy calificada, llegando a ocupar Jáchal por estos molinos el segundo lugar en producción de granos. Hasta que antes de la llegada de los años ’80 todo cambió y la economía se fue perdiendo, resultando todo muy difícil, tanto que el cereal dejó de producirse en el lugar.
Tuvieron que pasar varios años, casi dos décadas, hasta que alguien comenzó a ocuparse de lo que quedó en aquella productiva ruta que dio que hablar de Jáchal en muchos lugares del mundo. Hasta que a finales del siglo XX, profesionales de la Universidad Nacional de San Juan encabezados por el arquitecto Jorge Eduardo Grizas, entonces delegado en San Juan de la Comisión Nacional de Monumentos y Lugares Históricos, emprendieron un proyecto de recuperación insuperable.
“Fantasmas del molino”
Pero antes de introducirse específicamente en el valor patrimonial de estos escenarios, Grizas logró realizar un trabajo literario titulado “Fantasmas en el molino”, libro de cuentos cortos que fue presentado hace dieciséis años en la Fiesta de la Tradición de Jáchal, con la coautoría de otra inolvidable docente e investigadora, María Cristina Krause Yornet. El trabajo literario estuvo basado en relatos de los antiguos vecinos del lugar y con la colaboración de las entonces autoridades de la Municipalidad de Jáchal.
Ya en aquellos momentos, tanto el arquitecto Grizas, experto en Patrimonio Cultural, como colegas suyos, alumnos de arquitectura y vecinos destacados del departamento, lograron poner en funcionamiento uno de los molinos, el de Reyes; no para volver a generar producción, sino para mostrar a los turistas y gente interesada en el tema, como era su funcionamiento en los tiempos de esplendor de la industria harinera local.
Trabajos de investigación
Grizas ya venía dirigiendo trabajos de investigación y de extensión universitaria abordando aspectos centrales de la economía jachallera entre el siglo XVIII y primeras décadas del XX y su idea fue en todo momento volver a poner en primer plano a los molinos, más allá que ya no sería para la producción propiamente dicha. Y su trabajo se profundizó a partir de la declaración en el año 2000 de seis de los molinos todavía en pie (cuatro en Jáchal y dos en Iglesia) como “Monumentos Históricos Nacionales”, por un proyecto del entonces senador nacional José Luis Gioja.
Fue entonces que desde ese momento, Grizas con la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos, inició la ardua labor de lograr fondos para protegerlos y restaurarlos, consiguiéndose apoyo económico de la Nación, la provincia, el municipio, la UNSJ, Gendarmería Nacional, la Dirección de Arquitectura y empresas privadas como la minera Barrick.
Restauración de molinos
Así, se logró en primer lugar restaurar los de Huaco, García o “del Alto” y el de Reyes, en Jáchal y posteriormente lo mismo con el Sardiña, el Escobar o de Iglesia y el Viejo Molino Bella Vista, también iglesiano. Hasta que, finalmente, se produjo la habilitación de la +Ruta de los doce molinos hidráulicos de trigo+, que culmina con el molino más antiguo, el de Huaco, creado en el año 1790. La labor y el empeño del arquitecto Grizas por estos temas no dejó de ser nunca en él una prioridad. Y siempre se manifestó fascinado y orgulloso de haber dado tiempo de su vida para estos reconocimientos históricos a la producción jachallera. Tanto que en una ocasión reconoció que “los molinos son un eje en la historia de la humanidad, desde los egipcios, pasando por el Imperio Romano, el Medio Evo, y hasta nuestros días se utilizaron, probándose tecnología y una energía sana y no contaminante”.
Grizas ya venía dirigiendo trabajos de investigación y de extensión universitaria abordando aspectos centrales de la economía jachallera entre el siglo XVIII y primeras décadas del XX y su idea fue en todo momento volver a poner en primer plano a los molinos, más allá que ya no sería para la producción propiamente dicha.
Las cenizas de Grizas en los molinos
Pero una larga enfermedad que supo sobrellevar con gran estoicismo y en compañía de su familia, de sus hijos y su esposa, especialmente, terminó con su vida el 16 de enero pasado, y en ese momento se conoció su voluntad de ser incinerado y sus cenizas esparcidas en sus queridos Molinos Jachalleros.
Allí estará la luz de Eduardo Grizas, de la mano de su querida familia, hasta la eternidad de los tiempos, confirmando su empeño y cariño profundo por aquellos lugares llenos de rica y emotiva historia.
* Periodista y escritor. Presidente fundador del Consejo de Patrimonio Cultural y Natural de San Juan.

