Pago de deudas, reposición de la canasta completa en supermercados o compra de dólares, son serán los tres usos que los trabajadores registrados le darán al bono de $5.000, de acuerdo a un informe privado.

El beneficio sería recibido por cerca de seis millones de trabajadores registrados, lo cual equivaldría a unos $ 30.000 millones que ingresarían a los hogares argentinos en sus diferentes niveles socio-económicos.

El pago de $5.000 para pagar viejas deudas

 

Parte del bono irá al pago de deudas atrasadas, sobre todo en el segmento económico medio y medio bajo, según un informe de la consultora Focus Market.

De acuerdo al BCRA en julio la irregularidad de las financiaciones al sector privado se situó́ en un 4,7% de la cartera total, aumentando 0,1 p.p. en el mes y 2,4 p.p. i.a. El ratio de mora de los préstamos a las empresas se incrementó́ 0,3 p.p. en el periodo (+3,3 p.p. i.a.) hasta 4,6%, mientras que el coeficiente de irregularidad de los préstamos a las familias disminuyó 0,1 p.p. (+1,3 p.p. i.a.), ubicándose en 4,8%. Los créditos hipotecarios a las familias mantuvieron sin cambios su ratio de morosidad en el mes: 0,4% para el segmento en UVA y 0,7% para el resto.

El pago de $5.000 para ir al supermercado

 

Los trabajadores destinarán el bono a la compra de 22 productos, de las categorías almacén, alimentos congelados, bebidas sin alcohol e infusiones, perfumería y cuidado personal y limpieza. El costo total es de $5.001.

El pago de $5.000 para compra dólares

 

Como el bono privado es otorgado a todos los asalariados privados independientemente del nivel salarial en contexto de incertidumbre los niveles socio-económicos medios altos y altos derivarán los mismos hacia el ahorro.

En agosto unas 1,3 millón de “personas humanas” compraron de forma neta u$s1.516 millones por billetes para atesoramiento. El 97% de esta cantidad compró menos de u$s 10.000 cada personas, mientras que 32.000 individuos compraron más de u$s10.000 cada uno pre medida del control de cambios y límite de u$s10000. Las compras brutas per cápita fueron de u$s1.738.

El índice de confianza al consumidor que mide el Centro de Investigación en Finanzas que mide la Universidad Torcuato Di Tella muestra que creció un 0,6 % en Septiembre. En la distribución territorial sin embargo, la confianza del consumidor sube un 3,1% en el Interior del País, baja un 0,4% en el Gran Buenos Aires y baja un 1,2% en Capital Federal, siempre respecto al mes anterior.

La predisposición para la compra de Bienes Durables e Inmuebles cae un 8,4% respecto a agosto. La propensión al consumo no está disponible para hogares medios y altos.

En la distribución por nivel de ingresos, la confianza del consumidor sube un 2,7% para el sector de los encuestados con menores ingresos y baja un 1,4% para los encuestados con mayores ingresos, siempre respecto al mes anterior.

También cae la confianza en sectores de mayores ingresos que encuentran en el ahorro un modo de atemperar la incertidumbre futura.