Los conquistadores españoles en Brasil no le dieron importancia a la vitivinicultura, pero los primeros colonos portugueses que se instalaron posteriormente en el país ya se encargaron de introducir la viña. Finalmente la llegada de inmigrantes italianos, en el último cuarto del siglo XIX, significó el inicio del despegue de una industria que ha convertido a Brasil en el quinto mayor productor de vino del hemisferio sur. 


El país cuenta con más del doble de superficie de viñedos que Nueva Zelanda pero sólo alrededor del 15% está plantado con Vitis vinifera ( o vid europea), el resto son vides americanas de menor valor enológico, por lo que la producción de vino de calidad así como su exportación es menor de la esperada.


Hace más de 25 años que el sector del vino de Brasil viene tratando de afianzarse en su país ante la fuerte competencia, que es la entrada de vino del exterior.


Así las cosas, el Gobierno de Brasil inyectará 29 millones de euros al vino brasileño para hacer frente al acuerdo comercial Unión Europea-Mercosur. A través de un programa llamado Modervitis, el gobierno de Brasil colocará un fondo que se utilizará para apoyar a las bodegas brasileñas frente a los vinos de importación. Con ello se pretende enfrentar la creciente competencia internacional, ya que este acuerdo comercial abre aún más la puerta a los productores más tradicionales del otro lado del Atlántico.


"El acuerdo comercial entre la UE y Mercosur establece que el vino europeo entrará a Brasil libre de impuestos de importación en ocho años. Para el vino espumoso, el periodo es un poco más largo: 12 años", señala el portal español Vinetur.


Ya presionados por los vinos argentinos y chilenos que llegan a Brasil libres de impuestos y a menudo son más baratos que el producto local, los productores brasileños dicen que la industria nacional no puede sobrevivir cuando los competidores europeos también se beneficien de un acuerdo de libre comercio.


En un intento por mitigar el daño potencial, el gobierno de Bolsonaro se comprometió a crear un fondo para ayudar a modernizar la industria vitivinícola brasileña.


Según información de la agencia Bloomberg, la administración del presidente Jair Bolsonaro planea apartar unos 130 millones de reales (unos 29 millones de euros) de los impuestos a los productos industrializados para crear un fondo, llamado Modervitis, que se utilizará para apoyar a las bodegas brasileñas.


Esta estrategia pretende ser transitoria y no parte de las negociaciones con la UE, según fuentes de la propia agencia. Es probable que el fondo se lance en 2020, incluso antes de que el Congreso ratifique el acuerdo comercial con la UE.


Los productores brasileños quieren adelantarse al problema que enfrentaron hace décadas, cuando Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay crearon la unión aduanera del Mercosur y se firmó un acuerdo con Chile, lo cual permitió que los vinos de esos países inundaran el mercado local a precios bajos.


El Ministerio de Agricultura afirma que está trabajando para hacer que la industria del vino brasileña sea más competitiva antes de que el acuerdo comercial UE-Mercosur entre en vigencia. Eso incluye abordar los cuellos de botella, los impuestos, los costos de producción y las regulaciones en un plazo de seis meses.


Por cada 10 botellas de vino que se venden hoy en Brasil, solo una es nacional, según Deunir Argenta, presidente de la asociación brasileña de enólogos, conocida como Uvibra. El país importó 110 millones de litros de vino en 2018, en comparación con 14 millones de litros de vino fino nacional vendido durante el mismo periodo. Casi la mitad de las importaciones vinieron de Chile.


El hecho de que la industria del vino brasileña sea joven hace que la búsqueda de los mejores encajes entre variedades, suelos y climas con el fin de obtener los mejores resultados sea un proceso aún abierto. En determinadas zonas parece que han encontrado algunas pistas que están desarrollando, sin olvidar que el grueso de la producción del vino básico sigue obteniéndose de variedades americanas (Vitis labrusca), mejor adaptadas al húmedo clima local.