El Ministerio de Trabajo aplicó anoche la conciliación obligatoria por 15 días en el conflicto salarial entre la Federación de Obreros y Empleados Vitivinícolas de Argentina (FOEVA) que nuclea a los obreros de viña y de bodegas, y las empresas vitivinícolas, pero al cierre de esta edición el secretario general del gremio en San Juan, Emilio Ozan, explicó que al no ser notificados "como corresponde" la medida sigue hasta hoy. Se estima que en las primeras horas de la mañana el gremio podría desactivar el paro que ayer provocó que no se pudieran cosechar 10 millones de kilos de uvas, según estimó la Asociación de Viñateros Independientes. Su presidente, Juan José Ramos, dijo que con el paro se hicieron piquetes en las puertas de las principales bodegas locales -como Peñaflor y Callia-, con lo cual los camiones cargados de racimos no pudieron ingresar ni vaciarse, y como consecuencia, las cuadrillas de cosechadores hoy no pudieron recolectar la uva porque no tenían dónde colocarla. ""Son unos 15.000 cosechadores en la provincia que no pudieron cosechar y tampoco cobrarán este día", lamentó Ramos.

Eduardo Garcés, de la Federación de Viñateros, coincidió en el daño que provocó el paro en medio de la cosecha, teniendo en cuenta que las vides viene golpeadas por el clima y que esta semana hay feriados por Semana Santa. "A las 12 en punto de la noche empezaron el paro y quedaron los camiones cargados de uvas en las bodegas, es grave la situación y esperamos que depongan la actitud", dijo Garcés.

No obstante, Pablo Martín, de la Mesa Vitivinícola, dijo que el daño no fue tan grande porque en las bodegas más chicas los obreros sí trabajaron.

Por su parte, el titular del gremio, dijo ayer que el paro tuvo un 40% de nivel de acatamiento, principalmente en las bodegas grandes de la provincia. ""el resto no se se sumó porque temía perder el presentismo y cobrar una suma más exigua que la que ya tiene", dijo Ozan. El conflicto se generó porque el gremio en la última reunión paritaria pidió un aumento salarial del 100%: quieren que el sueldo inicial de un obrero de viña y de bodega -que están en 25.375 y 25.585 respectivamente- se eleven a $56.400 que es el equivalente a la canasta básica del año pasado. El incremento propuesto por las empresas es del 30%, escalonado hasta febrero de 2022. ""Ojalá se pongan una mano en el corazón y le den al trabajador lo que merece. El sueldo actual es muy bajo y hay familias numerosas en el sector y con lo que cobran es imposible vivir", dijo Ozan. Angel Leotta, desde la Cámara Vitivinícola, dijo que es imposible una recomposición salarial del 100% y fustigó la realización de un paro en estos momentos. Por la tarde, 11 entidades empresarias emitieron un comunicado repudiando "enérgicamente las acciones irregulares e ilegales" del paro. Se quejaron de los bloqueos en las entradas a las bodegas que impidieron el ingreso de uva cosechada para la elaboración de los vinos (y destacaron el perjuicio económico), de proveedores y de trabajadores que querían cumplir con su tareas; y denunciaron que hasta se lanzaron piedras y botellas contra las instalaciones de bodegas.

 

Ofrecimiento salarial

30 por ciento es el aumento escalonado hasta febrero de 2022 que ofrecen las entidades empresarias vitivinícolas a los obrero de viña y bodega. Ellos piden un aumento del 100%.

 

En febrero

Vuelve a caer el consumo de vino

El INV dio a conocer las cifras de comercialización de vinos en el mercado interno de febrero, que muestra una caída del 9,8%, traccionada principalmente por la menor venta en tetrabrick. Se suma a la baja con que comenzó enero (-6,4%), con lo cual en el acumulado el 2021 arranca con una baja del 8% en el consumo. En el sector diferentes referentes lo atribuyen al aumento de precio que tenido el vino en góndola, y el menor poder adquisitivo del consumidor. En este segmento se insertan Mario Pulenta, de la Cámara de Bodegueros, Angel Leotta, de la Cámara Vitivinícola, Sergio Villanueva de la Unión Vitivinícola Argentina. "El consumidor esta muy sensible a cualquier aumento y las bodegas están trasladando las subas del sector de la producción que repercuten en el mercado del traslado, de allí al fraccionado y a la góndola", dijo Leotta. Villanueva agregó que se prende una luz amarilla y que se puede pasar de tener stocks de vinos bajos a tener stocks medios, y advirtió que se esta elaborando mucho blanco escurrido y menos mostos. ""Será difícil repetir la performance del 2020 del consumo", dijo, pero se mostró cauto y dijo que hay que esperar un par de meses hasta ver si la tendencia se consolida. Juan José Ramos, de la Asociación de Viñateros, también dijo que hay que esperar "al menos hasta junio para ver la tendencia" y atribuyó la baja al vino en stock que tenían guardadas las bodegas.

Por su parte, Pablo Martín de la Mesa Vitivinícola dijo que no hay que alarmarse porque el año pasado se vendió hasta el vino que había en stock, y este año hay menos uva y menos vino, y por lo tanto las cifras caerán.