Carlos Iannizzotto, directivo de la Federación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (Fecovita), firma que junto a Peñaflor y RPB son las responsables de haber ingresado un fuerte volumen de vino chileno este año para ser envasado en el país; dijo a DIARIO de CUYO que está ‘arrepentido’ de haber importado vino al principio de temporada, pero que lo hizo para garantizarse el producto para comercializar ante una cosecha de uvas que se presentaba baja.

Pese a que la empresa cesó la compra de vino chileno al comprobar que habría stock suficiente para elaborar, aseguró que la importación en este momento ‘no es la que daña al viñatero y a la industria vitivinícola’’, y que tampoco ha incidido en bajar el precio al productor. Por el contrario, vinculó la crisis vitivinícola con los altos costos internos. 

‘El problema real no es la importación, el problema real es un mercado de consumo que ha caído muchísimo, el problema real es que no podemos vender en el exterior porque los precios están fuera de competencia por costos internos, por un problema de inflación, por un problema impositivo’’, dijo quien hoy también es presidente de Coninagro. 
 

‘’Por supuesto que sí me arrepiento de haber importado vino, no hubiera sido necesario hacerlo’’.


‘Creo que lo que tenemos es un problema de costos internos agobiante y que el productor cada vez le cuesta más tener rentabilidad y cada vez hay menos productores. Eso nos preocupa más que la importación, que reitero, hay que seguirla de cerca, porque la política como está hoy puede ser propicia para que se importe. Pero hoy, no ha incidido’’ aseveró. 

Además, pese a destacar que hay un ‘buen diálogo’ con el Gobierno nacional, sostuvo que todavía ‘no se implementan las medidas necesarias para la industria y sobre todo para que el productor pueda tener mayor rentabilidad’’, al tiempo que se esperanzó en que se concreten medidas referidas al costo laboral, logístico e impositivo, porque de lo contrario ‘la concentración cada vez será mayor y va a haber menos productores’’.

La Nación aún no implementa las medidas necesarias para la industria y para que el productor tenga rentabilidad.’

El directivo es el único hasta ahora que accedió a hablar con este diario de la gran controversia que se ha generado en la industria vitivinícola por la importación de vinos chilenos. Las asociaciones de productores acusan a las grandes firmas de estar ingresando fuertes volúmenes para amortiguar las subas de precio del vino y tirar a la baja la uva de la próxima cosecha. Sin embargo, la polémica se disparó más cuando se conoció que se está importando vino chileno rebajado con agua, y de baja calidad.

Al respecto, Iannizzoto dijo que Fecovita sólo se atiene a las directivas del órgano de contralor que es el Instituto Nacional de Vitivinicultura, por lo que ‘se abstiene de opinar’. ‘El INV está haciendo un control muy exhaustivo, con análisis vinculados a un producto extraño y en las cantidades establecidas como es en este caso el agua’’, aseguró, y advirtió sobre las consecuencias que pueden acarrear las denuncias sin fundamento, tales como caída de consumo y de precios.

‘No podemos hablar en contra de nuestro propio producto porque resentimos el consumo y esto no significa para nada apañar a nadie, sin cuidar la industria. Comenzamos con versiones y lo que produce es que baja el consumo y que baje el precio del producto. Debemos ser cuidadosos porque el precio del vino y el consumidor del vino es muy sensible’’, opinó.
 

‘No podemos hablar en contra de nuestro propio producto porque resentimos el consumo’’.

Iannizzotto dijo que Fecovita importó vino en los primeros meses del año, aunque no recordó la cantidad exacta. ‘Lo hicimos para poder tener asegurada la provisión del mercado ante la incertidumbre de la cosecha’’, señaló. 
Agregó que al comprobarse que habría uva suficiente, Fecovita se retiró totalmente de la importación. El directivo dijo que lamenta haber importado porque al terminar la cosecha la cooperativa recibió cerca de un 5% más de volumen de uva que en el 2016. 

‘Lo que sucede es que es muy riesgoso para una empresa quedar sin vino para poder exportar y abastecer a los clientes. No tener mercadería para vender es un riesgo grandísimo que no se podía dejar de lado’’, argumentó. 
Sin embargo, dijo que esa compra a Chile ‘de ninguna manera impidió que al productor se le pagara lo que realmente se le tiene que pagar’.

Agregó que en los balances de Fecovita figura que el viñatero se le ha pagado y se le está pagando (se hace en cuotas) un 7% más de lo que paga el mercado, sobre todo en vino tinto que es el fuerte de la empresa, con precios que han crecido arriba del 150% con respecto a otros años, aseguran. ‘Esto es lo importante, porque cuando dicen importó significa que lo hizo para bajar precios y no pagar a sus productores, y no es así, en absoluto’’, concluyó el directivo.

‘Nos atenemos a lo que dice el INV. Si no ha hecho denuncias, desconozco si es de menor calidad’ (vino con agua)

‘La importación no es hoy lo que perjudica al productor y a la industria, no ha incidido en una baja de precio’. 

La defensa de las grandes firmas
 

Bodegas de Argentina, la entidad que agrupa a las bodegas elaboradoras mas grandes emitió un comunicado vinculando el incremento de la importación con las bajas cosechas de uvas de las últimas dos temporadas, a la vez que aseguran que estas compras no ponen en riesgo la industria sino que garantizan stock para las exportaciones.

‘Ante la situación adversa de dos cosechas anormalmente escasas, que redujeron el stock de vino, socios de Bodegas Argentinas se vieron forzados desde fines de 2016 a importar vino para garantizar el suministro del mercado interno y preservar el vino argentino para el mercado externo que tanto esfuerzo costó conquistar‘, dice el texto.

Agrega que dichas importaciones ‘han cumplido con las normativas nacionales e internacionales vigentes, las cuales fueron controladas en todos los casos por el INV‘ y que ‘en la medida que se ha incrementado la oferta de vino en el mercado de traslado en el primer semestre de este año, la importación de vinos ha ido disminuyendo‘. Sostiene que en los últimos 12 meses Argentina importó 60,5 millones de litros de vino por U$S 43 millones, y según el INV, se comercializaron en ese período 1097 millones de litros. Por lo tanto, las importaciones equivalen al 5,5% del total.

Por ultimo dicen que los 250 socios de la entidad representan el 60% del vino que se vende en envase de cartón, el 80 % del vino en botella y 90% del total del vino fraccionado exportado por Argentina, por U$S800 millones por año.

Viñateros piden posturas a los candidatos
 

Ante la polémica desatada por la importación de vinos, la Asociación de Viñateros Independientes de San Juan pidió a los precandidatos a las elecciones PASO que manifiesten abiertamente su posición.

Dicen que la importación ‘’pone en jaque a la vitivinicultura, actividad económica emblemática de nuestra provincia y región, que además es influenciada negativamente por factores como: falta de competitividad, presión impositiva, distribución inequitativa de las ganancias en la cadena de valor, incremento de costos laborales y baja en consumo interno, entre otros’’.

Informaron que el vino registra un aumento de importaciones del 354% en cantidades, con ingresos por 218 toneladas en envases de hasta 2 litros en los primeros 5 meses de 2017, frente a las 48 toneladas del 2016. En las importaciones en envases superiores a 5 litros a granel, el crecimiento fue del 68.438%, con ingresos por 49.348 toneladas este año, respecto a las 72 del año pasado. En total, las importaciones de vinos significaron casi U$S 35 millones en lo que va del 2017, respecto a los U$S 360 mil del 2016.