Subida. El valor de los alquileres subió sólo alrededor de un 25% en el 2018 en San Juan, para mantener el mercado activo.

El sector inmobiliario en la provincia no escapa a los efectos de la caída del poder adquisitivo de la población y a las turbulencias de la economía en general. Una muestra de esa situación es que la morosidad en el pago de los alquileres, que habitualmente ronda en el 5% de las operaciones, trepó en lo que va del año hasta un 10% en promedio, según afirman en el sector. “Creció la dificultad de la gente en poder cumplir con sus obligaciones”, dijo Josefina Pantano, titular del Colegio de Corredores Inmobiliarios de San Juan.


A pesar de que muchos inquilinos no pueden cumplir con el pago puntual del alquiler, que se debe hacer del 1 al 10 de cada mes y por el monto que corresponde al mes en curso, no es un dato que todavía preocupe demasiado al sector inmobiliario. “Es una realidad que algunos inquilinos han tenido un retraso, pero en San Juan no se ha llegado a que haya una significativa rescisión anticipada de los contratos”, dijo la dirigente.


El motivo por el cual quienes alquilan un departamento o una casa no pueden cumplir se debe, según afirman en el sector, a que algunas empresas están teniendo dificultades en el pago puntual de los salarios. No ocurre lo mismo en la administración pública central ni en los municipios, ámbitos en los que los salarios son abonados puntualmente.


En la práctica, cuando alguien no puede pagar el alquiler, entra en mora, una posibilidad que está contemplada en los contratos que firman los inquilinos con los propietarios. La tasa legal es de un promedio del 4,5% mensual y se calcula de acuerdo a la cantidad de días de demora del inquilino.

También hay casos en los que se pueden pactar porcentajes superiores entre las partes, de hasta el 9% mensual. Todo dependerá de las garantías que ofrezca quien aspira a arrendar un inmueble.


Cuando se trata de un inquilino cumplidor y que además cuida el inmueble, según explicó Pantano, y en alguna oportunidad tiene algún inconveniente y se atrasa en el pago, desde las inmobiliarias tratan de colaborar para evitar que el problema se profundice. “Es preferible renegociar un contrato antes que perder un buen inquilino”, explicó la presidenta. Esa renegociación implica, para el propietario, incluso optar por cobrar un monto menor antes que tener el inmueble desocupado, que es una opción que no le conviene a nadie.


En el caso de las alquileres, un reciente informe de este diario mostró que el valor de las operaciones subió un 25% en promedio en el 2018, muy por debajo de la inflación. Y fue porque los operadores apostaron por reducir las ganancias en pos de sostener las operaciones y mantener el mercado activo.

Los arriendos y los sueldos

Un punto en el que hay disparidad de criterios es el del porcentaje del sueldo que se destina para el pago del alquiler. Según la Tercera Encuesta Nacional de Inquilinos realizada en febrero pasado en todo el país, con consultas también en San Juan, señala que mientras en febrero de 2018 los inquilinos destinaban -en promedio- el 41% de sus ingresos al pago del alquiler, ahora la cifra alcanza el 47%. Se trata de un aumento interanual de 6 puntos porcentuales.


Gervasio Muñoz, presidente de la Federación de Inquilinos Nacional, afirmó que “no hay más opciones que fijar límites a los aumentos de precios y terminar con esta rueda de alquileres cada vez más caros e inquilinos cada vez más pobres”. 


En la provincia, Josefina Pantano, del colegio que agrupa a los corredores inmobiliarios, dijo que en el país, y San Juan no es la excepción, el promedio del sueldo que se destina al pago del alquiler ronda el 30%.


Una consulta de este diario mostró tres casos. En el primero, un empleado de comercio que gana unos 30.000 pesos al mes y que paga 9.000 pesos por un departamento, destina al 30% de su salario a ese fin. Otro caso es el de un empleado de una ferretería y de su esposa docente, que ganan 55.000 pesos entre ambos. Y pagan 11.000 pesos de alquiler por una casa en Santa Lucía, es decir el 20% de los salarios de ambos. El tercer ejemplo es el de un empleado de una carpintería que gana 25.000 pesos y paga 10.000 por el arriendo, es decir el 40% de sus ingresos.