Hasta ayer ya habían superado el centenar los productores que habían notificado pérdidas de cultivos en las oficinas oficiales, por las dos fuertes tormentas de lluvia y granizo que hubo en San Juan la semana pasada.

Según informó el ministro de Producción y Desarrollo Económico, Andrés Díaz Cano, hasta ayer se había recibido un total 112 denuncias, de las cuales, 96 corresponden a la tormenta de granizo del martes 9 de noviembre que afectó principalmente la zona este de San Juan, mientras que otras 26 notificaciones corresponden a la granizada del jueves 11, en Sarmiento. ""En total, hasta el momento son 757 las hectáreas que han sido denunciadas por los productores, pero eso no quiere decir que todas tengan daños, y además hay que ver en qué porcentajes", explicó el ministro.

""El daño total lo vamos tener cuando estén todos los peritajes hechos, y se hayan sacado los porcentajes de pérdidas que tiene cada una de las propiedades. Un fuerte temporal de lluvia y granizo golpeó la noche sanjuanina del martes 9, y devastó cultivos de vid y de chacras, principalmente en una franja del este sanjuanino comprendida por los departamentos de Santa Lucía, 9 de Julio y Caucete. También hubo daños en San Martín, Rivadavia y Rawson.

De acuerdo a lo relevado entre las entidades de productores de la provincia, se estiman pérdidas de entre el 20 y 50 por ciento en una superficie de más de 11.500 hectáreas de viñedos, el 25% del total de la superficie total que hay en San Juan que es de 44.923 ha, según el INV. A su vez, se registran daños del 90% en las chacras de melones, tomates, lechugas, choclos, pepinos y zapallitos.

Dos días después, en Sarmiento, otra tormenta granicera golpeó varias zonas productivas: fueron afectados viñedos y chacras en Colonia Fiscal Sur y en Cochagual con porcentajes elevados, también en Tres Esquinas, Las Lagunas y algo de Cañada Honda.

Alerta por tormentas

Ayer se cumplió el alerta emitido por el Servicio Meteorológico Nacional y un fuerte viento llegó alrededor de las 20,30. Los productores cruzaban los dedos para que no se cumpliera el pronóstico en la madrugada de tormentas con granizo.