El pan dulce, el Ananá Fizz, el budín y el Mantecol, cuatro de los artículos que integran la canasta navideña que todos los años mide DIARIO DE CUYO, registraron importantes bajas y tiraron para abajo el costo del conjunto, totalizando una disminución del 3,8% en los últimos 35 días. La razón para esta situación está dada por las bajas ventas que se están registrando para esta época del año y a un intento por mejorarlas, según sostienen en la Cámara de Supermercados y Autoservicios, cuando los consumidores se apuran a comprar para servir las mesas de las fiestas. Un incremento de los precios, por el contrario, sería contraproducente y agravaría aún más la situación.

El 13 de noviembre pasado, este diario publicó un informe que daba cuenta de que, comparando la misma canasta integrada por 8 artículos, con la misma época del año pasado, se había registrado una suba del 27%, una cifra superior incluso al incremento inflacionario que, según cálculos del Indec, va a rondar en el 23% al cabo del año.

Los artículos que más bajaron ahora fueron el Ananá Fizz (15%), el budín (13%), el pan dulce (12,5%) y el Mantecol (3%). Por el contrario, hubo subas en los otros 4 artículos, la sidra, duraznos, turrón y garrapiñadas. El combo cuesta ahora 362,24 pesos, contra los 376,30 de poco más de un mes atrás. El relevamiento se hace con los precios de los principales supermercados de la provincia.

Alejandro Donna, titular de la cámara de supermercadistas, dijo que a pesar de la época del año, cuando la gente suele comprar más por las fiestas, las ventas están frenadas. "Podría decir que es la peor de los últimos cinco años", sostuvo el dirigente, aunque dijo que no tiene una cifra comparativa con el año pasado. Señaló que contribuye a esta situación el clima de crisis social de los últimos días, por ejemplo por la discusión de la reforma previsional. "En estas situaciones la gente sale a comprar menos", señaló. No obstante, dijo que esperan que más sobre la fecha de las fiestas las ventas pueden mejorar.

Frente a esta situación y para no quedar con stocks que después cuesta vender, como pan dulce, sidra, turrones y garrapiñadas, las grandes cadenas apelan a las ofertas, como está sucediendo ahora.