San Juan es la principal productora de pistachos de todo el país, con 6.000 hectáreas productivas que configuran más del 90% de lo que se genera en el país. En este contexto, la gran demanda que existió a nivel nacional e internacional tuvo un fuerte impacto en la provincia. La cosecha completa se vendió antes de mediados de año, con precios que más que duplicaron los valores normales. Esto tuvo que ver tanto por un creciente interés en la fruta, pero sobre todo porque hubo malas cosechas tanto en el hemisferio norte como en el sur, debido a problemas climáticos. Esto resultó que el precio aumentó un 136% de un año a otro, alcanzando un precio récord para este producto.

El valor del pistacho, explicó Marcelo Ighani, empresario del sector, propietario de Pisté y uno de los precursores de este cultivo en la provincia, funciona como un comoditie, con valores similares en todo el mundo, incluido en San Juan.

Así, el precio promedio hasta el año pasado era de 10 dólares el kilo con cáscara, pero en los últimos meses el valor se elevó a 25 dólares el kilo. La fruta pelada, que es la de mayor valor, en 2024 se vendía por 19 dólares el kilo y este año ronda los 45 dólares, en un valor considerado récord por el empresario.

Referente. San Juan es la principal productora, con un sector que va desde plantines a la industrialización.

La razón de este salto del precio tiene que ver con dos factores. El primero fue la escasez a nivel global de las últimas cosechas de pistacho. Este fruto seco se empieza a extraer de los árboles a finales del verano y tiene la característica de que no se da bien en muchas zonas. Los lugares productivos principales son Irán, como origen histórico, California, principal productor global, y plantaciones en España e Italia. En estos lugares, en el segundo semestre de 2024, en el hemisferio norte, bajó la producción en estas zonas por distintos fenómenos climáticos, por lo que hizo que la oferta global empezara este año baja.

A esto se sumó un pico de demanda global, que aceleró una tendencia creciente del consumo de este fruto seco. Hubo un hito durante los últimos meses: la tendencia del chocolate Dubai, un tipo de golosina que surgió en este país y tiene relleno de pistachos. En Argentina en las últimas semanas surgieron alfajores que también se convirtieron en tendencia, además de un fuerte desembarco que ya se había visto en pastelería y helados. En 2022 hubo un reclamo de los heladeros de Buenos Aires porque no conseguían pasta de pistachos importadas. Todo esto, sumado a la baja producción, hizo que el precio se fuera a más del doble y surgieran noticias sobre crisis a la hora de encontrar la materia prima.

Interés. Sigue creciendo la superficie nueva cultivada. Solo Pisté, la empresa de Ighani, vende 300.000 plantines al año.

Para Ighani, estas condiciones del mercado son excepcionales y “bajarán pronto, porque sostener estos valores no tiene sentido, porque de querer mantenerlo pueden girar los consumidores a otras frutas”. Aun así, para San Juan fue una buena noticia que se fortaleciera de esta manera. Es que en la provincia se perdió cerca de un 50% de la última cosecha debido a una serie de granizadas que se dieron durante el último verano, cuando las plantas ya estaban en las últimas instancias de maduración. Esto, sumado a que tenían más pedidos, hizo que apenas iniciaron la cosecha, en los meses de febrero y marzo, tuvieron ventas a un ritmo muy acelarado y hoy el sector en San Juan agotó todo el stock.

Ighani explicó que para ellos esta temporada se balanceó y que hasta ahora siguen recibiendo consultas de más clientes potenciales. “Hoy el productor vende tanto al exterior como al mercado interno, según los acuerdos que hace desde meses antes”, aseguró. Según contó, en primavera ya empiezan a acordar la venta de la siguiente cosecha y esto se reinvierte rápidamente, porque esperan que la demanda sigue creciendo. Él mismo amplió su fábrica recientemente, con optimismo de que la tendencia siga creciendo como hasta ahora. San Juan tiene, en la actualidad, 10.000 hectáreas de pistacho sembradas, de las cuales 4.000 no entran todavía en producción y podrían hacerlo en los próximos 3 a 4 años, lo que daría un salto en la producción.