La renovación de la matriz energética mundial por una generación sustentable, tuvo un avance histórico el año pasado a pesar de la recesión por la crisis sanitaria y económica. El potencial de la producción eólica lleva la delantera con China a la cabeza, con más de la mitad de los parques generadores, tanto terrestres como flotantes, y Estados Unidos aporta más de las tres cuartas partes de la nueva capacidad instalada mundial.


El liderazgo de la renovación lo tiene la región Asia-Pacífico con casi la mitad de los molinos en funcionamiento, seguida por Europa con un 40% y América del Norte con el 18%, lo cual hace prever que el mayor crecimiento vendrá del coloso asiático en el próximo lustro. Por ahora los 743 GW instalados en 2020 posibilitan evitar las emisiones de 1,1 millones de toneladas de dióxido de carbono, equivalente a las emisiones anuales de toda América del Sur, por ejemplo.


Si bien el año pasado la eólica y la solar generaron la décima parte de la electricidad consumida en el mundo, el doble que hace cinco años, lo cual indica firmes políticas energéticas ecológicas, hay gobiernos como los de Rusia, Indonesia y Arabia Saudita que ignoran la generación renovable y, peor todavía, el de Turquía que ha retrocedido reemplazando el gas por el carbón la fuente más contaminante- en su matriz energética.


Pero lo importante es que la conciencia verde se va imponiendo, incluso en la producción hidráulica y la bioenergía que subieron un 5% sumándose al mayor aumento sustentable de todos los tiempos, en paralelo al retroceso de los hidrocarburos. y en menor medida a la generación nuclear. Todo esto es gratificante frente al cambio climático, pero los tiempos no acompañan porque son insuficientes para alcanzar los objetivos de la Cumbre de París.


Por eso el ritmo actual de crecimiento de las plantas sustentables deberá duplicarse a corto plazo para impedir que el aumento de la temperatura media global supere los 2º centígrados con respecto a los niveles previos a la era industrial. Es decir, los 93GW récord aportados por la energía limpia el año pasado deberían llegar a 180GW en 2025, y para lograr el objetivo de cero emisiones netas de gases de efecto invernadero en 2050, los volúmenes actuales tendrían que triplicarse hasta los 280 GW anuales.


Es un largo recorrido pero el objetivo internacional está firme, más con el compromiso climático de Joe Biden, en EEUU.