La calidad educativa no se consigue de un día para otro mediante una fórmula capaz de generar las condiciones adecuadas para que la educación alcance un nivel de excelencia. Se consigue a través de una conjunción de factores que deben actuar favorablemente para que todos los integrantes de la comunidad educativa puedan desarrollar su potencial de mejor manera.


Para la mayoría de los expertos en educación, la calidad educativa es un concepto "polisémico" es decir que la calidad de una propuesta educativa incluye aspectos estructurales vinculados a los recursos que se invierten para hacerla posible. En este sentido hay que analizar los aspectos materiales y que hacen, por ejemplo, al funcionamiento de los edificios escolares, de los que dependen el sostenimiento de los días de clases o del trabajo de enseñanza. El número de estudiantes que habrá por curso dependerá del espacio físico además de las decisiones organizativas que se tomen para armar los agrupamientos.


Luego hay aspectos referidos al contenido de la propuesta, la currícula y las tecnologías de enseñanza, desde el acceso a materiales bibliográficos hasta el uso de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación).


Los aprendizajes de los estudiantes también son una de las dimensiones de la calidad educativa y que por lo general es la única que suele asimilarse directamente al concepto. 


El ítem de la evaluación también tiene su complejidad. Si nos referimos a la calidad educativa hay que pensar en dispositivos que tengan en cuenta todas las dimensiones anteriores. En ese sentido habría que evaluar políticas, programas, instituciones y sujetos -docentes y estudiantes- y comparar países tomando un conjunto de indicadores y no uno solamente.


La discusión sobre los modos de evaluación es un aspecto que debe instalarse en las escuelas y entre los docentes para poder avanzar en criterios y objetivos institucionales sobre el aprendizaje de los estudiantes.


Muchos docentes y cuerpos directivos sostienen que hay que trabajar mucho sobre el criterio de evaluación ya que se considera que es una de las llaves para alcanzar la calidad educativa.


Hay otros aspectos estructurales vinculados a los recursos que se invierten para alcanzar la calidad educativa, como el nivel de los salarios de los que se hacen cargo de la tarea de dirección y enseñanza en las instituciones escolares; el acceso y ascenso de los docentes; las calificaciones requeridas al ingreso de la docencia y durante la trayectoria laboral.


Sumados todos estos factores es posible que nos acerquemos a optimizar el nivel de la enseñanza, uno de los objetivos en los que debería estar enfocada toda la labor y acciones de los sectores que se consideran comprometidos con la tarea educativa.