Con muchos proyectos alentadores, así la encuentra el 2013 a Paola Hascher. Sin embargo, en ese manojo de planes, hay uno especial. Con el respaldo de Rolando García Gómez, la cantante folclórica que comenzó a forjar su nombre en los "90 con el recordado grupo Siesta, está grabando su primer disco, donde predominarán autores sanjuaninos. Disco que, más allá de algunas presentaciones con las que despuntó el vicio, marcará su regreso al ruedo artístico, ese que le prodigó aplausos y del que se alejó un tiempo para dedicarse a sus tres hijos. "Sí, tenía ganas de volver", reconoce con una sonrisa la joven artista, que ya entona La flor ausente, de Saúl Quiroga; Sanjuanina dulce, de Raúl de la Torre y Ernesto Villavicencio; y la zamba de Oscar Valle, Déjame estar. "También probamos El jarillero, un tema que hace mucho no se hace; y seguramente habrá algo de Buenaventura Luna", se entusiasma al hablar de esta placa que podría ver la luz entre septiembre y octubre.
– El año pasado, con un poco con temor -porque él es una autoridad en el tema- fui a buscar a Rolando a ver si le interesaba grabarme el disco; y ahí nomás, con esa generosidad que tiene, me dijo que sí. Y acá estamos…
– No exactamente, fuimos viendo para dónde ir y qué es lo que podía interpretar, y mirando lo que iba quedando, dijimos, bueno, es esto y está buena la orientación…
– Me lo debía, sí. Un disco es como el documento, cuando te presentás te preguntan "Y qué has grabado", y si no tenés nada, decís ¿cómo me presento? ¿quiere que le dé una serenata?" ¡No da! (risas) Hace mucho grabé un disco acá, pero quedó en la nada porque no hubo plata para editar, ni para la gráfica y quedó como demo…
– Por ahora Rolando me ha dicho que tengo todo disponible, luego veremos la gráfica y buscaremos alguna ayuda…
– Tiene que ver con la familia, porque por los niños uno deja cosas de lado y esto es como decir "Hola de nuevo’ y vamos con todo. Totalmente ausente fueron dos años, que se me hicieron eternos; y con idas y vueltas desde el Pre Cosquín de 2005.
– Fue muy chistoso, porque hace un tiempo mi hijo Santiago (13) me dijo "Mamá, hace mucho que no cantás’. Le contesté que era cierto y me preguntó "¿Y qué estás esperando?’.
– Sí, les gusta. El folclore más o menos, porque es como que se aprecia más de grande, pero Santi toca el bajo y Jazmín (10) y Martina (8) han grabado para la Fiesta del Sol…
– Sí, me marcó, porque con Siesta empecé profesionalmente, en el "98; y me guió para el lado del folclore…
– De todo, porque me gusta todo, tango, bolero, melódico, lo que me pidan…
– Porque la gente me conoce más así. Igual, quién te dice que el próximo disco sea de tango…
–
– Toda vivencia sirve para aprender. Buena o mala, uno rescata algo. Me pasé muchos años yendo a Cosquín, también íbamos a las peñas, esperábamos mil horas, andábamos haciendo cola… yo iba con los nenes chiquitos en el cochecito… una vez en una peña me mandaron al último, después de Cuty y Roberto Carabajal… ¡no quedaba ni el gato! (risas), imaginate, cómo me van a mandar a esa hora con un bebé… ¡Nos fuimos! ¡No canté! (risas) Hoy no lo haría, así que sí, me sirvió para decidir que eso no lo iba a hacer más.
– Más allá de la trascendencia, siento que el artista se alimenta del aplauso, esté donde esté…
– Y, hay gente que por ahí se olvida, pero muchos me han tenido presente. Y cuando te dicen "¡por fin estás haciendo algo!" o "¡qué bueno que volviste!", es porque tocaste el corazón de esa persona como artista y esa es la satisfacción más grande.

