Sus gustos no cambiaron mucho con los años. Las mujeres voluptuosas y con kilitos de más, siempre fueron parte de su vida. Pero nunca tuvo hijos.
Según confesó a Revista Nueva en 1999, él fue quien decidió no ser padre. "Fue un acto de conciencia. Primero porque esta profesión te lleva por todos lados del mundo. Y dije no. Si soy padre quiero ser padre, no tener un pedazo de carne o un cachorro. Ahora estoy grande para tener hijos. A esta altura, uno es conservador. Uno habla del honor y de la palabra empeñada y esas cosas", dijo respecto a la paternidad.
Su primera novia fue Marilis, tenía dos años menos que él y cabellos y ojos negros; ambos estaba entrando en la adolescencia y su noviazgo duró sólo tres meses.
Una década después más tarde, cuando ese muchachito se convirtió en Sandro de América, la prensa le atribuyó romances que no siempre fueron reales.
Pero quien obtuvo la chapa de "primera novia oficial" fue Teresa -su apellido quedó en el misterio-, una rubia de ojos castaños que apareció en público en el pre estreno de Pichones de hombre con la que el astro vivió un amor fugaz.
A esta historia de purretes, le siguió el aceptado affaire con la Miss Argentina Yoly Scuffi, el nunca confirmado con la Miss Mundo Mirta Massa y los amoríos que lo vincularon a las actrices y sus partenaires en varias películas, Marcela López Rey y Soledad Sylveira, la cantante española Cármen Sevilla y la artista austríaca Ian Eory; además del atribuido a la condesa italiana María Borgone Di Palma y la azafata boliviana Charito Campos.
Sin embargo, fue Julia Visciani su amor más fuerte y el más oculto. Esta blonda mujer, diez años mayor que él y madre de dos chicos, conquistó el corazón del autor de "Rosa, Rosa" un 23 de noviembre de 1969. Una semana después, tuvieron su primera cita y el 11 de marzo de 1972 dieron el "sí" en México.
Sandro ya tenía su búnker en Banfield y allí se recluyó ella para cumplir la promesa que hizo a su esposo y tenía que ver con guardarse de las miradas indiscretas lo que respetó hasta septiembre de 1982.
El matrimonio permaneció oculto del público hasta septiembre de 1982, cuando irrumpió una tercera en discordia también mayor: Tita Russ, ex mujer de Alberto Olmedo. Julia despechada por la traición quebró el pacto y sacó a la luz sus 13 años de pareja a cambios de importantes cachets. Y tras el revuelo con Tita, otra vez un manto de silencio cayó en la vida amorosa del Gitano.
Así llegó María Elena, con quien convivió por más de 20 años hasta que reapareció en su vida Olga Garaventa, una morocha de ojos negros que había conocido 15 años atrás y con la que volvió a pasar por el Registro Civil (en abril de 2007) y transcurrió su larga enfermedad pulmonar y la espera de un donador para el doble transplante de pulmón y corazón que se le realizó el viernes 20 de noviembre en Mendoza.