No fue tarea fácil. Cantar en castellano roles aprendidos en alemán, dicen, no fue sencillo. Pero finalmente todo fluyó como esperaban y a pocos días del estreno mundial de La flauta mágica montada por el Teatro del Bicentenario, bajo la concepción del maestro Eugenio Zanetti, los solistas principales se sienten satisfechos y preparados para las tres funciones que darán el 2, 3 y 5 de octubre (con entradas agotadas) más aún con la presión de ser el primer elenco en el mundo en representar la popular obra de W.A Mozart en español, en una versión oficial aprobada por Mozarteum de Salzburgo, con derechos compartidos con el teatro sanjuanino. 


Los cantantes trabajaron por separado en sus provincias de origen, en Buenos Aires y hace poco más de un mes aquí en la provincia con la destacada maestra preparadora y pianista Eduviges Piccone (ex directora de estudios musicales del Teatro Colón y actualmente maestra interna del Teatro Argentino de La Plata). La premisa fue que se entendiera perfectamente lo que cantaran, por eso trabajaron línea por línea en la preparación de los roles, traducción en mano, con algunas revisiones para que las arias fluyeran mejor en idioma español, sobre todo teniendo en cuenta la complejidad de la obra, que requiere cantantes virtuosos. 


"Esta ópera en castellano representa una dificultad grande. No solamente por la vocalidad que se utiliza para cantar en castellano, sino en el sentido de las palabras, por ejemplo en la rima. Por eso, me tomé el atrevimiento de proponer modificar a Papageno para que fuese realmente cantable y también para que tuviese rimas" comentó a DIARIO DE CUYO Fernando Lázari, quien se pondrá en la piel de Papageno por segunda vez, un rol por el que tiene gran aprecio. 


Para Duilio Smiriglia, quien interpreta al príncipe Tamino, también fue un proceso importante técnicamente para cantar bien la popular pieza. "No suena igual en castellano. Pero además uno tiene el rol 'in gola', que es que el cuerpo aprendió a poder cantarlo de una manera. Cambiarlo es un proceso de meses, porque viene la música y lo primero que aparece es el texto en alemán, y uno dice, 'no, no es esta palabra'. Fue más cerebral y en esta etapa ya empieza a fluir, ya está, aparece la palabra en español", contó el tenor. "Óperas en castellano se hacen, inclusive Flauta mágica se hizo. Lo que diferencia a esta flauta mágica y por lo que es un estreno mundial es porque esta es la versión autorizada por Salzburgo, tiene un revisión y un trabajo que no la tuvo ninguna", apuntó sobre esta producción de la que también participa el Coro Universitario que dirige Jorge Romero y la Orquesta Sinfónica de la UNSJ, con dirección del maestro Emmanuel Siffert. 


La soprano Laura Pisani es la Reina de la noche, que particularmente tiene un aria muy famosa por la complejidad de su interpretación, se mostró muy contenta con el resultado de esta versión. "Al escucharla en español van a entender no sólo lo que la reina está diciendo, sino el porqué de esos agudos, y el porqué de la complejidad del aria precisamente por el texto", aportó Pisani, quien a diferencia de sus colegas, por primera vez se subirá al escenario del TB.


La sanjuanina Romina Pedrozo (una de las Tres damas) remarcó que el trabajo de "reubicación muscular, por dentro, de cabeza y de emociones" que fue necesario para crear estos personajes líricos en español. "Fue desaprender lo aprendido, yo traté de que Pamina se sintiera cómoda en español y está muy cómoda", aportó Marina Silva, la soprano que hará de la hija de la Reina de la Noche. 


Ensayaron muchas horas por día durante el último mes, pero están radiantes, la sonrisa no se les borra de la cara. Hablan del orgullo de ser parte de esta puesta y todos coincidieron en destacar la figura de Eugenio Zanneti. "Su paz, su calma, sus buenos modos suman tanto... no hubo mejor dirección que la de Zanetti, desde todos los lugares" resumió Smiriglia.

"Fue un trabajo muy arduo"


Eduviges Piccone trabajó como maestra preparadora con cada uno de los solistas, junto al maestro Emannuel Siffert en la adecuación de la ópera al castellano. 


- ¿Cómo fue el proceso?
- Fue un trabajo muy arduo. Uno tiene en el oído otra cosa e indefectiblemente viene esa otra. Pero el trabajo está rindiendo sus frutos, todo fluye. Ha sido un trabajo de memorización constante diario, horas y seguimos practicando. 


Mozart es Mozart en alemán, en castellano y en italiano, es muy delicado. Eso juega un poco en contra. Lo tiene que cantar gente que tiene una experiencia y un estudio. Si podés hacer cantar o tocar Mozart, podés encarar cualquier otra cosa. Porque te deja al descubierto, es tan transparente que no hay forma de disfrazarlo con nada. 



-¿Y eso sumado al español?
-Fue triplicado. Además se tiene que entender lo que cantan; se tiene que entender y tiene que seguir siempre con su calidad y su estilo, hay un estilo mozartiano. 


Normalmente se canta sobre las vocales, por eso el italiano es tan propicio para el canto. El castellano es mucho más difícil, más que el alemán, es un idioma difícil para cantar ópera. Aun los cantantes de habla hispana les cuesta cantar en castellano. Yo les insistía en los ensayos, "chicos articulen, hablen claro, se tiene que entender", a pesar de que esté el subtitulado, se tiene que entender, es nuestro idioma.