Juan José Olguín forjó una sólida carrera como guitarrista clásico en el ámbito de la Universidad Nacional de San Juan, fue titular de cátedra y conductor de la Orquesta Universitaria de guitarras. En 2019 se jubiló y el estar lejos de las aulas le permitió recuperar un viejo amor: el bandoneón. Tal fue su reencuentro con el instrumento que aprendió a tocar cuando era un niño, que ideó un concierto solo de bandoneón, "algo pocas veces visto en San Juan", dijo a DIARIO DE CUYO el músico, que se presentará en Sala Auditorium del Teatro del Bicentenario el 31 de julio. Se trata de un espectáculo que incluye también al cantor de tango Ricardo Bazzetti, a los bailarines Eliana Villaruel y Daniel Fernández, con textos de Susana Lage y narración de Claudio Cabello.


"Es un homenaje al instrumento, a los creadores, a los bandoneonistas y arregladores, porque además de los 100 años de Piazzolla se cumplen 200 años del nacimiento de Heinrich Band, el fabricante alemán que le da nombre al instrumento" contó Olguín, quien nació en Olavarría y se instaló en San Juan a fines de los '70, cuando llegó a estudiar guitarra en la UNSJ dejando atrás una historia musical diferente a la que empezaría aquí. Porque Olguín, lo que pocos sabían, es que tuvo su primer encuentro con la música a través del bandoneón. Su padre le propuso tomar clases cuando tenía 7 años y él fue, bien predispuesto. 


"Yo era tan chiquito a esa edad que el profesor dijo que no podría dominar el bandoneón" recordó, divertido. Pero lo hizo y aquel profesor era parte de una orquesta a la que Olguín se sumó a los 14 años. Tres años después, en 1967 decidió dejar el grupo. "Los integrantes para mí, eran todos viejos, eran músicos de 35, 40 años y yo un pibe, no me sentía muy cómodo. Empezaron a aparecer los primeros conjuntos de música pop y rock, influenciados por Los Beatles y a mí también me tocó. En mi casa había una guitarra, yo la tomaba y de oído trataba de sacar las canciones" contó Juan José recordando la época donde incluso usó una guitarra eléctrica. No obstante, no olvidaba el bandoneón, porque cuando por ese entonces abrió el conservatorio de música en su ciudad, se apuntó a la espera de las clases, pero nunca llegó el profesor y entonces la guitarra clásica se convirtió en su compañera. Recordó también, como si fuera ayer, cuando vino a San Juan a visitar al profesor que tuvo en Olavarría, que había sido contratado por la recién creada universidad sanjuanina; quien creó la cátedra y fue su titular muchos años. "Conocí el Auditorio, recuerdo haber escuchado uno de los primeros conciertos de la Sinfónica ahí y quedé impactado por eso y por la posibilidad de cursar estudios universitarios en música. Yo tenía 26 años, así que me volví a mi casa, clausuré todo lo que estaba haciendo allá y me vine" contó Olguín. 


El bandoneón no volvió a su vida hasta 2012, cuando por alguna razón decidió restaurar aquel que usaba en la orquesta típica de su juventud; y cuando se jubiló en 2019 se propuso practicar y fue recorriendo un camino que lo trajo hasta el concierto que presenta este mes. 


"Es una motivación enorme, porque después de retirarme como profesor de guitarra de la universidad empecé a alternar el estudio de la guitarra con el del bandoneón, pero durante muchísimos años lo dejé de tocar. Mi vida de jubilado me posibilitó poder dedicarme a los dos instrumentos y en marzo del año pasado, cuando empezó la pandemia, se postergaron muchos proyectos de presentaciones y viajes, así que me propuse aumentar mi repertorio bandoneonista y alcancé un número importante. Este año cuando surgió la convocatoria del Teatro del Bicentenario para la Sala Auditorium, se me ocurrió presentar este proyecto que estaba un poco en embrión, lo venía pensando para algún día con el formato que finalmente va a tener, que combina la música, la poesía, el canto y la danza", relató el intérprete, para quien el espectáculo tiene además el condimento extra de presentarse en la sala chica del Bicentenario. 


"Actuar en esta sala o en el Teatro del Bicentenario es algo que ya casi lo tenía descartado de mis posibilidades, porque al haberme retirado como profesional de música universitario, las posibilidades no serían iguales. Así que poder estar en esta sala, que además es como un debut con el bandoneón, me tiene con mucha expectativa. Le dedico casi todo el día a preparar esto" dijo sobre la propuesta, que es enteramente su idea y que reúne 11 piezas de tango y el Coral de J. S. Bach. 


 "Para mí es un desafío de orden artístico, porque después de haber tenido una trayectoria importante de tantos años, haber hecho tantos conciertos y participado de tantas actividades, retomar, reiniciarse como quien dice, con un instrumento nuevo, es una responsabilidad grande. Si bien tengo sobre mis espaldas toda la experiencia de la música con la guitarra, quizás me vean como el guitarrista que ahora toca el bandoneón, pero no me molesta porque a mí siempre me gustaron los desafíos, el intentar cosas nuevas y eso entra en ese esquema. Tengo la fortuna de seguir con mucha fuerza y salud para llevar a cabo esto", expresó Olguín, que contó que estrenará bandoneón, uno que "suena muy bien", que le compró el año pasado a un luthier en Mendoza; porque -sostuvo- la fabricación de este instrumento es casi mínima, y "en el mundo y en Argentina hay algunos realizados artesanalmente que no están muy difundidos", por lo que hay que bucear para compran alguno usado, que son de los que ingresaron al país entre 1915 y 1935. "Con casi 100 años suelen estar muy deteriorados. Este luthier tenía tres originales, que mantienen toda su estructura, sus piezas, e incluso el que yo compré tiene el lustre original, un poco desgastado. Lo único que se le cambian son las correas donde van las manos" detalló este apasionado por la música, que a los 72 años está dispuesto a renacer en una sala de concierto, de la mano de su bandoneón casi centenario. 


EL DATO

  • Homenaje al bandoneón. Juan José Olguín e invitados. Sábado 31 de julio, a las 20 en Sala Auditorium del Teatro del Bicentenario. Entradas: $400.