Debido a la pandemia a causa del covid-19 los conciertos, toques, recitales y eventos en vivo fueron aplazados o cancelados, la industria musical fue de las primeras en parar y probablemente sea de las últimas en reanudar sus actividades. Con la medida de distanciamiento social la aparente solución son los conciertos digitales, pero The Flaming Lips logró hacer una presentación en medio del confinamiento y con todas las medidas de seguridad. 

La agrupación liderada por Wayne Coyne fue invitada al programa The Late Show with Stephen Colbert y para realizar una presentación en vivo la banda y los asistentes estuvieron todo el show dentro de su propia burbuja gigante de plástico, cumpliendo así con el distanciamiento social y garantizando la seguridad de las personas.

No es la primera vez que The Flaming Lips utiliza este método, desde el 2003 es común ver a Wayne Coyne dentro de una burbuja de plástico mientras que canta e interactúa con el público. También en mayo de este año la agrupación lanzó el videoclip de la canción “Flowers of Neptune 6”, en el que vemos a Coyne dentro de una burbuja de plástico en algunas escenas del audiovisual. 

Por esta razón utilizar burbujas de plástico gigantes fue la solución que encontró la banda junto a la producción del programa de CBS, pues de esta forma pudieron realizar la actuación en vivo con público presente, generando así el regreso de las personas a los talk shows -al menos en Estados Unidos- en medio de la pandemia. 

La canción que interpretó la banda fue “Race for the Prize”, el track principal de “The Soft Bulletin” (1999), el noveno trabajo discográfico de The Flaming Lips.

¿Son las burbujas el futuro de los conciertos?

Si bien, esta parece ser una iniciativa novedosa y hasta divertida, vale la pena reflexionar si podría ser una medida viable para el regreso de los espectáculos en vivo en el mundo entero, ya se han realizado varios shows bajo la modalidad drive-in, pero The Flaming Lips le da al mundo otra posible alternativa. 

Según Nidia Escobar (Comunicaciones y Marketing / Yello Ag): “me parece una iniciativa amigable y divertida para los eventos con distanciamiento social, podría ser viable en estos momentos que existen restricciones, para shows muy específicos. También hay que ver las posibilidades técnicas y económicas”.

Pues si bien en el videoclip vemos al público disfrutar del show, hay pocos asistentes y de esta forma es más fácil de realizar y controlar un evento con estas condiciones, pero si se desea hacer un concierto con un aforo, por ejemplo, superior a 200 personas, hay que entrar a analizar otros aspectos. 

Si se implementa esta iniciativa se limita la cantidad de personas que pueden asistir a un concierto, por lo tanto se aumenta el costo del show, también, como dice Nidia, hay que tener en cuenta la calidad del sonido y la experiencia para el usuario, que es finalmente el que paga la entrada. Por otra parte, un aspecto no menor es el ecológico, ya que estas burbujas están hechas de plástico y al utilizarlas generaría un impacto ambiental bastante desfavorable para el planeta. 

Para Cristina Beltrán (asistente de Booking, tour manager y jefe de prensa) “trabajando desde la parte de espectáculos esta puede ser una buena iniciativa pero en pequeña magnitud, porque un evento en vivo depende de la producción técnica, la seguridad, el montaje, las personas de logística, y toda la cadena de valor”. 

Con base en lo anterior vale la pena reflexionar en cómo se realizaría desde el montaje de un evento de este tipo hasta el ingreso de las personas y el show final, porque el empresario o quien organiza el evento es el que debe velar para que se cumplan todas las medidas de seguridad, y en este caso, tendría que ocuparse también de proveer las burbujas gigantes. 

De ser ‘las burbujas de plástico’ una solución transitoria para que regresen los eventos en vivo, hay que pensar también en la comodidad del espectador, sería necesario hacer pruebas para determinar ¿cuánto tiempo podría pasar la gente en una burbuja gigante de manera cómoda? .

En el caso de The Flaming Lips, fue un recital muy corto, pero cuando se habla de un concierto de más de dos horas la situación es completamente diferente. Si alguien tiene la necesidad de ir al baño, por ejemplo, ¿qué tan fácil y cómodo sería hacerlo desde una burbuja de plástico? o si desea consumir bebidas o alimentos. 

Sobre hacer parte de un concierto dentro de una burbuja de plástico dice Cristina Beltrán: “me sentiría cómoda y tranquila, seguí el festival Vive Latino, y no hubo protección, tomaron la temperatura, se lavaron las manos, pero se necesitan más cosas. El distanciamiento social es muy importante y como se ve en este claro ejemplo, se puede hacer que todas las personas cumplan con las exigencias para poder hacer un concierto”. 

También influye el artista y hasta el género, en definitiva no es lo mismo un concierto de rock que uno de jazz, si bien los pogos y el mosh han quedado aplazados hasta nuevo aviso, habría que ver cómo se vive desde una burbuja de plástico. 

“En lo que a música se refiere, en el caso de The Flaming Lips, solo ellos podrían hacer algo así, de hecho, ya habían utilizado burbujas en algunos de sus conciertos. Pero no me imagino un concierto de rock o de metal, uno de La Pestilencia o Metallica en ese formato” asevera Nidia Escobar, quien dice que podría ser una experiencia divertida pero que finalmente no reemplazaría la conexión íntima entre el artista y el público. 

El video y la iniciativa de The Flaming Lips se convierten en una experiencia novedosa y divertida; sin embargo, al llevarlo al plano cotidiano como una posible solución para los eventos en vivo, es una solución bastante idílica, pues tanto para organizadores de presentaciones, asistentes y todas las personas que hacen parte de un show en vivo, implicaría un trabajo complicado de desarrollar, que además tiene repercusiones económicas y ecológicas.