Hubo un tiempo donde los artistas sanjuaninos tenían un espacio, un rincón donde reunir sus manifestaciones y sus experiencias. Se llamaba "Refugio", un espacio cultural que congregaba hombres y mujeres de las letras, las ciencias y las artes y que desarrollaba sus actividades en la provincia desde 1930. En ese ámbito, el poeta sanjuanino Abenhamar Rodrigo y su esposa Marina Moreno, convivían con reconocidos exponentes del campo de la pintura. Fruto de esa amistad compartida entre Santiago Paredes, Federico Blanco, Olindo Dávoli, Mirta Chena, y muchos otros, surgieron aportes interesantes e intercambios que quedaron plasmados en obras artísticas que formaron parte de la colección pictórica personal de Abenhamar. Pero ahora, esos tesoros que estuvieron guardados durante años en la casa del escritor ya fallecido, tendrán un nuevo hogar y a la vista del público. 

En condición de herederos universales, Jorge Rodrigo, Eduardo Savastano, María Teresa Savastano, Eugenio Rodrigo Solera y Julián Rodrigo Solera, dispusieron donar los cuadros al Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson. El inventario de la donación registra a seis carbonillas y una fotografía de Santiago Paredes, un óleo de Federico Felipe Blanco, otro óleo de Olindo Dávoli, un grafito y un aguafuerte de Eduardo Lenzano; y una Xilografía y un grabado en zinc de Mirta Chena. En total son 13 objetos que la familia de Abenhamar entregará al Museo Franklin y la institución se comprometerá a estudiarlo y preservarlo.

Jorge Rodrigo, quien promocionará un acto de entrega próximamente, dialogó con DIARIO DE CUYO: "La intención con esta donación es enriquecer el patrimonio cultural del museo con estas obras de pintores sanjuaninos, que datan de 1940, 1955 y 1990 (estas últimas pertenecientes a Paredes). Fueron regalos de los artistas a mi padre que fueron amigos y formaron parte de Refugio, que era el principal motor artístico de hacer conciertos, tertulias en la mitad del siglo XX. Ello dio pie a las bases para constituir el Instituto Superior de Arte (ISA). Con el tiempo, pasó a ser el Departamento de Artes Plásticas y Música de la Facultad de Artes de la Universidad Provincial Domingo F. Sarmiento y llegó a culminar ese trayecto, la actual Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes de la UNSJ".

Los grafitos de Paredes, sirvieron para ilustrar las páginas de Yerba Buena, un libro de relatos breves de Abenhamar: "Fue muy tradicional de él, esa mano fuerte y segura, con mucha convicción para hacer dibujos abstractos con un fuerte predominio del blanco y negro. En cuanto al trabajo de Federico Blanco, tiene todo un estudio del color y su trabajo está hecho con espátula, por la definición y la textura, usa verdes oscuros y ocres". 

Pero la pieza que más le agrada y por lo cual para Rodrigo le resulta más llamativa es la xilografía de Mirta Chena "Solución al problema de la cuadratura del círculo": "Es una reunión de sabios que resuelven el problema. El que preside la reunión es un burro en el centro. Es una imagen fantasmagórica, una sátira e ironía a la sabiduría en sí misma que quiere resolver enigmas originados desde la época de Leonardo Da Vinci. Eso fue reírse de la humanidad misma", dijo Jorge.

Sin embargo, ese valor sentimental que aún conserva hacia las obras, puesto que estaban montados en las paredes de la casa de su padre, deberá dejar paso a que lo pueda disfrutar la comunidad, "entiendo que se trata de obras que no son para atesorarlas en una casa. Deben ser patrimonio para la humanidad. San Juan merece conocer y acceder a ellas. Que se sepa cómo fue el proceso de la creatividad artística en San Juan, cómo hizo esta generación de creativos que para su época, seguían anclados todavía en el arte figurativo", comentó el gestor del acto donativo.

La familia heredera del poeta sanjuanino, entregó la colección de 3 mil libros a la Biblioteca Franklin en marzo de este año. En este sentido, la donación de los cuadros es un paso más para que los objetos de valor histórico y artístico pasen a ser parte del patrimonio provincial. 

Sobre Abenhamar

 

Nació el 8 de marzo de 1916, fue docente y director de escuelas. Cofundador del Instituto Superior del Magisterio Domingo Sarmiento (1957), el Coro de Cámara Arturo Berutti (1963) y la biblioteca César Guerrero (1969). Abenhamar Rodrigo también fundó el grupo Refugio y como poeta y escritor, recibió la pluma de oro y la faja literaria de honor, de la Sociedad Argentina de Escritores. Fue reconocido como vecino ilustre de la Ciudad de San Juan y su busto está en el Jardín de los Poetas. Falleció en 1998 y dejó 60 años de dedicación a la educación y la promoción del arte sanjuanino.