En San Juan, en el verano del 2020, funcionaban activamente tres milongas; espacios de encuentro, de intercambio, donde el baile se disfruta o se aprende; y tienen códigos que no se reproducen en otro lugar y que comparten con camaradería. Cerraron al inicio de la pandemia por coronavirus, aun antes de que se decretara la cuarentena en marzo.A fines del 2019 cerró, tras doce años, La Fulana, que funcionaba en el Club Sirio Libanés, gestionada por Analía Miodowsky Las otras tres milongas que habían quedado -la del Parque de Mayo, la del Auditorio y Aires de tango- siguen cerradas y sus organizadores coincidieron en que, aunque sienten que el baile es una necesidad, entienden que la situación sanitaria aun no sería ideal volver (ver aparte). Aunque respetan las medidas, de todos modos el año pasado presentaron protocolos para poder funcionar pero no fueron aprobados aún.


Pero los que sí se animaron a buscarle la vuelta fueron Alfredo Estévez y Marcelo Dubos, socios en El chamuyo milonga, que tiene apenas un mes en el Club Sirio Libanés. Ellos aclaran rápidamente que lleva el nombre "para cuando se pueda volver', pero en realidad no es una milonga sino un tango bar, "porque no se baila'. Los protocolos sanitarios prohíben cualquier tipo de baile, en cualquier espacio u ocasión social, y las milongas no son la excepción. 


"El chamuyo surgió por la necesidad del ambiente del tango, que veníamos muy golpeados porque estábamos acostumbrados a vernos una o dos veces por semana, extrañábamos eso, entonces dijimos hagamos algo que por lo menos nos permita empezar a vernos hasta que en el corto plazo podamos volver a bailar', comentó a DIARIO DE CUYO Estévez, que además es el presidente de la Asociación sanjuanina de Milongueros. 


"Teníamos la idea de retomar en el Sirio en octubre o noviembre del año pasado, pero como no se podía milonga no habíamos podido arrancar, ahora decidimos tener este formato de tango bar, que por lo menos nos permite juntarnos, ver un espectáculo de tango, charlar, vernos las caras' aseguró. 


Por su parte, Dubos contó que los tangueros regresaron "con mucho entusiasmo. Al milonguero lo que le gusta bailar, pero reencontrarse, volver a hablar, ha sido grato. Compartir, conversar hasta que permitan bailar' dijo y destacó que desde ayer se permita cerrar una hora más tarde. 


Coinciden en la emoción que fue volver, aunque reconocen que hay miedo aún entre los milongueros y que "la gente mayor no va porque están asustados'. "Por lo menos estamos juntos', insistió Alfredo, que destacó que intentan convocar y hacer participar activamente "a todas las tribus de milongas que hay'.


Dispuestos en mesas de seis personas, tras la más reciente habilitación, los habitués ven un espectáculo como el de anoche con Hugo Cárdenas, o los anteriores con Melodía Leiva, Jorge Robelli y Patricia Vizcaíno. Antes, algunos de los asistentes toman la clase que brindan los bailarines Eliana Villarroel y Daniel Fernández (empieza a las 19,30 hs), que se realiza con "abrazo de práctica" que tiene una separación prudencial, barbijos colocados y suelen enseñar técnica de cómo caminar y algunas figuras, todo de manera individual y manteniendo distancia.


La semana que viene insistirán en que se habiliten los protocolos, adelantó Estévez. "Se están levantando barreras, en agosto ya se podrá jugar algunos deportes de contacto y esas cosas nos ayudará a que se flexibilice, pero todavía estamos muy restringidos" expresó. El protocolo que presentaron para volver a la pista de manera cuidada, habla de parejas estables primero y grupos burbuja después, uso de barbijos todo el tiempo y hasta cambiarse los zapatos con los que llegan de la calle. 


Así las cosas, para los milongueros la solución está más cerca que antes. Mientras tanto, encontrarse apacigua el alma, aunque los pies sigan inquietos por danzar.

ELLOS DICEN

Ariel Villanueva/Aires de Tango

"No podemos reclamar porque en realidad no está permitido ningún baile. Si habilitan el tango van a querer volver todos los ritmos. Por eso doy el brazo derecho a esto y a tratar de cuidarnos. Es cierto que perjudica a mucha gente que vive de esto, pero hay que pensar en la salud. Hemos esperado mucho tiempo, podemos esperar un poco más, con paciencia. Cuando se habiliten volveré con la milonga, con mucha felicidad". 

Natalie Oliva/ milonga Parque de Mayo

"Esperamos a ver cómo seguirá la situación sanitaria en San Juan en noviembre, al ser en un espacio público abierto, tendríamos que ver si el gobierno nos habilita y en qué condiciones. Ojalá que a esa altura la mayoría de la población esté vacunada y que hayan bajado los casos. Nuestro proyecto es volver, pero no antes de la fecha con la que generalmente volvíamos. Los controles en un espacio al aire libre, sobre todo de danza, son más complicados".


Viviana Montaño/ milonga del Auditorio

"Queríamos tratar de abrir el tango, porque en Mendoza y San Luis ya había milongas abiertas, pero a nosotros no nos admitieron eso. Creo que es una cuestión de quedar bien frente al país.


Tomamos el tango como algo terapéutico y se siente la falta de la milonga, pero entendemos que es una situación conflictiva. Nos gustaría volver, pero pensamos que no es el momento todavía, queremos que la mayoría de las personas estén vacunadas y no arriesgar la salud de nadie".